El Dane presentó los resultados de inflación para el mes de diciembre y el cierre de 2023. Con una variación de 0,45% mensual y 9,28% anual, el dato sorprendió a los analistas, al encontrarse por debajo de lo esperado. El resultado anual cumple el noveno mes consecutivo a la baja y es la primera vez desde junio de 2022 que tiene una variación de un dígito. Por esto, los resultados dan un parte de tranquilidad al mercado y aumentan la expectativa de una extensión en la tendencia a la baja del IPC para 2024.
Precio de los alimentos moderan carga en la canasta de consumo
Una de las noticias más optimistas de 2023 fue la moderación en el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que pasó de un incremento de 27,8% anual en diciembre de 2022 a uno de 5,0% a cierre del año pasado. Durante 2022, la interrupción en la cadena de suministros global y local, el encarecimiento de los insumos y un repunte de la demanda interna, generaron un incremento histórico en los precios de los alimentos en el país. Se puede inferir que los choques externos fueron los de mayor incidencia en el alza, dado que su efecto se replicó a nivel global, reflejado en un índice FAO (medición de precio de los alimentos internacional) que alcanzó su nivel máximo desde 1990 en 2022.
Durante 2023, el panorama cambió radicalmente, y el precio de los alimentos cerró con la segunda menor variación anual y una variación (-0,4%) y contribución (-8pb) negativas para el mes de diciembre. El Ministerio de Agricultura atribuyó la moderación en la inflación de alimentos a una disminución de los precios de insumos agrícolas. Esta tesis parece ser cierta, con precios de fertilizantes que acumularon una reducción de 39,1% de junio de 2022 a septiembre de 2023, según lo reportado por la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra). Además, en el boletín mensual de precios minoristas de insumos y factores asociados a la producción agrícola y pecuaria (Sipsa Dane), observamos una tendencia a la baja en la variación anual de los precios desde mediados de 2022, que se acelera durante los últimos meses de 2023 (ver gráfico 1).
El cambio en el comportamiento de los alimentos no solamente contribuyó a la moderación del IPC total, sino que disminuyó más que proporcionalmente el impacto sobre la canasta de consumo de los hogares colombianos más pobres. La división de alimentos y bebidas no alcohólicas es la más progresiva dentro de la medición del IPC, es decir, genera una mayor carga para los hogares de mayores ingresos en relación con los más pobres (diferencia de 15,6pp). En contraste, el Transporte tiene una ponderación 8pp mayor para los hogares de ingresos altos que la de los hogares pobres. Por lo tanto, no sorprende que la variación anual del IPC para el total de 2023 fuera mayor para los hogares de más ingresos (9,80% para ingresos altos, 9,26% para clase media, 8,69% para hogares vulnerables y 8,19% para hogares pobres).
No obstante, en este punto hay algunos factores de riesgo que habrá que tener en cuenta durante 2024.En primer lugar, la electricidad, que fue la subclase de mayor contribución mensual, tiene un comportamiento regresivo, por lo que un aumento en su precio, el cual esperamos se extienda durante el primer trimestre de 2024 por el fenómeno de El Niño, podrá aumentar la carga para los hogares más pobres. Además, habrá que tener en cuenta que, durante los primeros meses del año, por efecto indexación, aumentará el precio de subclases como el arriendo efectivo, la cual tiene el comportamiento más regresivo (mayor carga para los hogares más pobres) dentro de la composición del IPC.
Consideraciones para 2024
De cara a 2024, el comportamiento de la inflación en Colombia se encuentra en una senda decreciente y en general da un parte de tranquilidad a la economía. Sin embargo, persisten factores que demandan un cuidadoso monitoreo. En primer lugar, es importante destacar que el consumo interno aún se encuentra por encima de la tendencia, lo cual indica que la demanda supera la capacidad productiva de la economía. Este contexto implica presiones al alza en los precios y sigue presentándose como un desafío importante en la estabilidad económica.
También será importante tener en cuenta los efectos del fenómeno del Niño, que podrán incidir directamente en los precios de la energía al tener en cuenta que los niveles de los embalses cada vez son menores. Así mismo, podrán incidir en el precio de los alimentos si se afectan las cosechas al haber sequías. Otro aspecto relevante es el aumento en el precio del Acpm y la tarifa de los peajes, factores que influyen directamente en el costo del transporte en los alimentos. La normalización de las tarifas debe hacerse teniendo en cuenta la senda que la inflación ha mostrado en los últimos meses, junto con la menor dinámica de consumo y crecimiento al interior del país.
Teniendo en mente este contexto, el Banco de la República se enfrenta a un escenario donde parece haber suficiente evidencia para mantener la senda a la baja de la política monetaria, pero deberá ponderar los diversos factores que podrán desacelerar la tendencia de moderación en la inflación. Siendo así, en la próxima toma de decisión de la tasa de interés será importante que se tengan en cuenta estos factores y se mantenga la confianza en la capacidad de las autoridades monetarias de preservar el poder adquisitivo de la moneda de manera técnica y autónoma.