• Durante la década de los 90, Anif lideró debates sobre la globalización y liberalización financiera y cambiaria. Además, organizó el primer foro académico en Colombia para analizar el modelo de pensiones.
• En 1996, Anif se consolidó como un Centro de Estudios orientado al análisis de políticas públicas. Lo anterior lo mantuvo como un actor clave en las discusiones en torno a las crisis económicas del final de la década.
La década de los 90 marcó un cambio económico y social en Colombia. El país comenzó los años 90’s con una economía fortalecida tras la bonanza cafetera de 1986, el auge de exportaciones de carbón y la recuperación del sector financiero tras la crisis de los 80. Bajo la presidencia de César Gaviria, se continuaron las políticas de apertura económica y liberalización financiera iniciadas por Barco, reformas que buscaban integrar al país en la economía global y aumentar su competitividad. Las principales medidas incluyeron la privatización de entidades de crédito, la reducción de aranceles y la eliminación de barreras administrativas. Lo anterior, impulsó el crecimiento económico, alcanzando un aumento promedio del 5,15% del PIB en los primeros años de la década.
En este contexto y bajo la dirección de Martha Lucía Ramírez entre 1989 y 1990, Anif participó activamente en los debates sobre el proceso de globalización. Específicamente, la entidad defendió la necesidad de una liberalización cambiaria por medio de la negociación de divisas a través de bancos comerciales, lo cual evitaría el lavado de dinero del narcotráfico. Al mismo tiempo, Anif avanzó en discusiones de naturaleza social cuando el esquema de Seguridad Social del país sólo cubría al 25% de la población ocupada.
Con lo anterior y teniendo como referente a Chile, que había implementado un sistema de fondos privados de pensiones, desde Anif se organizó el primer foro académico en Colombia para analizar el esquema de protección social de otro país y su conveniencia.
De manera más tardía en la década, el país comenzó a enfrentar desafíos económicos. El desempleo, que había alcanzado su punto más bajo en 1993 (7,8%), empezó a incrementarse. Además, se evidenció una expansión del endeudamiento, tanto externo como interno, para financiar un aumento acelerado del gasto público y privado.
Esto generó una mayor sensibilidad a las tasas de interés y a las fluctuaciones en la tasa de cambio. Para 1996, como señala Armando Montenegro, presidente de Anif (1996-2001), el país se dirigía hacia una crisis económica. A este difícil escenario se sumaba una crisis política, el aumento de la violencia y el crecimiento de la guerrilla.
En respuesta a esto, Anif no se limitó a los temas técnicos de política económica, sino también contribuyó a los debates sobre la violencia y la justicia en el país. Se organizaron varios foros para discutir estos problemas, con la participación de figuras como Horacio Serpa, Juan Manuel Santos y Eduardo Pizarro. Estos espacios de discusión demostraron la importancia de Anif como un actor clave en el análisis de las problemáticas no solo económicas sino también sociales que enfrentaba Colombia.
Con lo anterior y luego de una continua transformación desde su nacimiento en los años 70’s, en 1996 Anif decidió consolidarse exclusivamente como un Centro de Estudios, centrado en el análisis de políticas públicas en temas macroeconómicos, financieros, de seguridad y justicia. Manteniendo su visión de generar espacios de discusión de alto nivel, la entidad organizó cuatro seminarios anuales en conjunto con Fedesarrollo, donde se discutieron temas clave para el desarrollo del país.
También se lanzó el seminario Wall Street Mira a Colombia que invitaba a banqueros internacionales a compartir su visión sobre la situación global y su impacto en la economía colombiana. Además, Anif lanzó Ruta, una publicación que contenía la medición de la confianza del consumidor, que si bien tuvo que ser cancelada debido al debilitamiento de las finanzas de los principales afiliados de la entidad, producto de la crisis de la economía, fue pionera en su época. Así mismo y en línea con el nuevo compromiso como centro de pensamiento, en 1997 Anif publicó el libro La pasión de gobernar: la administración Betancur 10 años después, compilado por Carlos Caballero Argáez.
Hacia finales de los 90, el país enfrentó una fuerte contracción económica, con una caída del PIB superior a 4% anual debido a la crisis financiera, que incluyó la insolvencia de varias corporaciones de ahorro y vivienda. Anif no fue ajeno a tan turbulenta situación. Para sortearlo, el centro de estudios buscó diversificar sus ingresos, promocionando y vendiendo algunos proyectos de consultoría.
Además, gracias a la ayuda de Luis Carlos Sarmiento, la entidad pudo superar con éxito este periodo. De esa manera, Anif continuó su papel activo como centro de pensamiento, en un periodo de crisis que requería una discusión profunda y técnica sobre las necesidades de la economía de la época. Ese aporte prevalece hasta el 2024, año en el cuál la entidad celebrar sus 50 años de existencia.