Analistas 16/07/2024

Las remesas y su importancia para financiar nuestro déficit externo

Las remesas, definidas como aquellos flujos de divisas enviadas a su país de origen por nacionales no residentes, se han convertido en una de las fuentes de financiamiento externo más importantes del país en el último año. Estas han presentado un crecimiento constante y positivo, lo que ha hecho que aumente su relevancia macroeconómica para el país. En el primer trimestre de 2024, las remesas registraron un crecimiento de 9,9%, lo que resulta en una expansión hasta mayo de 12,7%. Eso vuelve a encaminar las remesas a la tendencia previa a la pandemia, razón por la que resulta relevante analizar en detalle su desempeño reciente y discutir su importancia para el país.

Al revisar el origen de las remesas, los principales países de donde provinieron son Estados Unidos y España. Entre enero y marzo de 2024, de Estados Unidos se recibieron US$1.408 millones, lo que equivale a 52% de las remesas totales. Desde España se enviaron 15%, mientras que el restante se repartió en el resto de los países del mundo, donde resaltan Chile y Reino Unido (4% cada uno). Lo anterior cobra sentido con el flujo migratorio de Colombia hacia estos países del mundo. De acuerdo con la Cancillería, para finales de 2023 había 4,7 millones de colombianos viviendo en el extranjero, donde tres de cada diez viven en Estados Unidos y uno de cada de diez vive en España.

En ese sentido, las remesas se han convertido en una de las fuentes de financiación extranjera más importante para el país. Lo anterior dado que representan 82% de las transferencias corrientes, pertenecientes de la cuenta corriente. Para dimensionar su importancia, la cifra equivale a cerca de 23% de las exportaciones colombianas, lo que pone en perspectiva el papel de las remesas en la balanza de pagos. Así, se puede concluir que las remesas han jugado un papel importante en contrarrestar la disminución de los demás ingresos internacionales al país, tales como la inversión extranjera directa, que para el primer trimestre del año registra una contracción de 11,9%.

De tal manera, se destaca el momento positivo por el que atraviesan estos flujos de divisas al país. Por ejemplo, tanto Estados Unidos como España presentan crecimientos positivos en sus economías, lo que favorece la entrada de remesas al país. Sin embargo, en el caso de Estados Unidos, el crecimiento se ha vuelto más lento en 2024 (1,4%) en comparación con el 2023 (3,2%), lo que puede significar que las remesas originadas en este país puedan reducirse con el tiempo. El caso español es más esperanzador, en tanto han mantenido su senda de crecimiento en 2,5% durante ese primer trimestre, equiparando la variación del mismo trimestre del año anterior.

Además de eso, deben tomarse en consideración algunos elementos. Con base en nuestro pronóstico de crecimiento, que esperamos sea de 1,7% para 2024, y de 2,4% en 2025, prevemos un fuerte impulso de la demanda interna del país, lo que traerá presiones sobre las importaciones y por consiguiente sobre el déficit de cuenta corriente.

Gráfico LR

Además, factores de riesgo asociados a las reglas de juego internas y la estabilidad fiscal, podrían comprometer los niveles de inversión extranjera directa, lo que también aumentaría nuestra necesidad de financiamiento. En suma, si bien las remesas han jugado un papel importante en financiar nuestro déficit externo y han contribuido en mantener bajo nuestro déficit luego de la pandemia, no serán una fuente lo suficientemente robusta para contrarrestar los efectos de futuros choques macroeconómicos.

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