En los últimos días el exministro Hacienda, ex Director de Planeación Nacional, expresidente de Ecopetrol y ex Decano de Economía de la Universidad de los Andes, Juan Carlos Echeverry Garzón, anunció su candidatura presidencial, la cual estaría respaldada por firmas según la información hasta ahora conocida.
El doctor Echeverry, identificado con la ideología conservadora y con sentido de pertenencia a la colectividad, decide curiosamente hacer algo a título personal, con lo cual pone a prueba su liderazgo político sin haber hasta ahora aspirado a ningún cargo por elección popular.
Un estudioso de temas económicos, sociales y hasta filosóficos, se muestra con un perfil que conoce a fondo los problemas del entorno sociopolítico del país, hasta se formó como técnico del Banco de la República con una huella en un debate por la forma de llevar a cabo la política monetaria, librado con su colega y también exministro Alberto Carrasquilla Barrera.
Recientemente, se ha especulado cada vez con un mayor nivel que su “colega” Alejandro Gaviria Uribe, Ingeniero Civil y PhD en Economía, aspiraría igualmente al cargo de Jefe de Estado, algo que parece más un deseo de varios “partidos políticos” para ganar protagonismo.
La especulación ha llegado hasta el punto de que empezaron a hablar de su posible reemplazo en la Rectoría de la Universidad de los Andes. Sin embargo, las palabras de Gaviria dan a entender que no le interesa aspirar a la Jefatura de Estado.
Al igual que Echeverry, Gaviria fue Decano de Economía de la Universidad de los Andes y Subdirector de Planeación Nacional, para empatarlo le ha faltado ser Jefe de Planeación Nacional y Ministro de Hacienda. Además, fue ministro de salud, sector en el que ha trabajado en diversas investigaciones de carácter académico.
La diferencia entre estos dos personajes es que Gaviria nunca ha laborado en temas de política monetaria de forma activa como Echeverry, pero lo importante es que los dos tienen una visión de los problemas sociales, políticos y económicos muy semejante tal que en un debate podrían notarse sus coincidencias. De darse esto, se obtendría un objetivo que planteó Álvaro Gómez Hurtado: “Pongámonos de Acuerdo en lo Fundamental”.
Pero ¿Esto cuando se ha logrado cuando se confrontan intereses políticos? Claramente nunca. Por lo tanto, no sería muy probable que nos encontráramos en una escena política enfrentados a estos dos economistas.
Lo que sería posible es que viéramos uno de los dos fuera el candidato y el otro su fórmula vicepresidencial, un conservador y uno de tendencias liberales que aportarían desde la política económica proyectos de desarrollo muy favorables.