Según información de prensa, el vicepresidente de Países del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Richard Martínez considera que la situación social dejada por la pandemia de covid-19 es de tal magnitud, que se debe generar una recuperación económica extremadamente acelerada.
Desafortunadamente no se tiene una tasa de crecimiento estimada necesaria para dar la recuperación acelerada pertinente y tampoco se ha conocido un caso en el cual una economía se haya reactivado rápidamente.
Colombia vivió una crisis a finales del Siglo XX, en el cual la economía cayó cerca de 5% y el desempleo llegó a niveles cercanos a 20%. Dichos hechos fueron explicados por un cambio de régimen económico definido en la carta política de 1991.
Además, Colombia tardó años en darse cuenta de que durante un auge económico debía llevarse a cabo una política fiscal contraccionista para tener recursos disponibles en el momento en que la economía se desacelerara con el fin de llevar a cabo un plan contra - cíclico por parte del Estado.
Entonces fue necesario en medio de la crisis “un ajuste fiscal muy serio con sudor y lágrimas” llevado a cabo por los exministros Juan Camilo Restrepo y Juan Manuel Santos, cuando lo recomendado para la época era expandir el gasto para evitar un gran declive económico.
La economía empezó a dar signos de recuperación en los años posteriores, pero sin llegar a los niveles deseados en poco tiempo. La tasa de desempleo solo llegó a un dígito en el cuarto trimestre de 2007 y para el mismo año fue que el crecimiento llegó a 6,7%.
La anterior información muestra claramente los antecedentes que argumentan la baja posibilidad de una reactivación “extremadamente acelerada”. El crecimiento requiere de inversión, que por lo pronto es algo que tiene que entrar en estudio.
Por parte del Estado, la política fiscal tiene una limitante para expandirse dadas las inflexibilidades del gasto público y los alcances también limitados de un aumento en la deuda pública.
Ya se tiene en plan una reforma tributaria, que sin lugar a duda tiene dentro de su exposición de motivos el incremento en el recaudo. Surge la pregunta ¿Está el Gobierno en capacidad de llevar a cabo una política fiscal expansiva contra – cíclica?
Los inversionistas estudiarán el nuevo ambiente en la etapa post pandemia, que tomará tiempo en verse.
El Gobierno tiene un alcance limitado para el gasto y nunca ha sido suficiente para poner la economía en auge rápidamente.
Ya se conoció que la economía se contrajo en 2020 en 6,8%, una tasa superior en valor absoluto a la presentada durante la crisis de 1999 que fue 4,2%. Datos que podrían hacer estimar que por estos tiempos tardará más la recuperación de la economía.
En el año 2000 la economía creció 2,6% y con la tasa de contracción registrada en 2020 se podría pensar que difícilmente la economía registrará en 2021 un crecimiento de cero. Sin embargo, amanecerá y veremos.
No hay argumentos contundentes para pensar en una reactivación de la economía ni acelerada ni mucho menos “extremadamente acelerada”, más bien es sensato pensar en una reactivación lenta.