En el corazón geográfico de Cartagena, entre el emblemático Cerro de la Popa y la Ciénaga de las Quintas, se encuentra un lugar cuyo nombre es símbolo de la identidad cartagenera: Bazurto, el principal mercado de la ciudad.
Pero Bazurto no es un buen vecino por los enormes problemas de seguridad y contaminación que ha generado. Por tal motivo, en 2010 el Tribunal Administrativo de Bolívar ordenó reubicarlo, atendiendo la solicitud de los habitantes del barrio Martínez Martelo.
Han pasado casi 10 años y el mercado sigue allí, por distintos problemas técnicos, judiciales y de planeación no se ha dado cumplimiento a su traslado. Sin embargo, es una necesidad apremiante y tarde o temprano se debe reubicar.
Ante esta realidad, el actual edificio y su área de influencia surge como una oportunidad para generar un nuevo símbolo, tal como en su momento ocurrió con el centro de convenciones del barrio Getsemaní. Su ubicación es privilegiada. En un radio de menos de 4 kilómetros se encuentran el recinto amurallado, el sector turístico de Bocagrande, el puerto de cruceros y el Castillo de San Felipe. Además, se encuentra conectado con la troncal del sistema de transporte masivo de la ciudad.
Es fácil soñar con un plan de renovación urbana del sector que incluya la recuperación del edificio actual, ganador del premio nacional de arquitectura, y la incorporación de nueva infraestructura aledaña. El espacio así generado podría convertirse en el gran centro de eventos del Caribe.
Además de un moderno centro de convenciones, Bazurto puede convertirse en una gran plataforma de arte. Un espacio para que la champeta, tan de moda en estos días por el #ChampetaChallenge, tenga un escenario propio, facilitando que los artistas locales muestren su talento. También puede incluir una zona de comida típica donde los habitantes de la zona podrán proponer recorridos guiados.
Este gran espacio deberá tener una conexión fuerte con la Ciénaga de las Quintas, que por supuesto debe ser sometida a un proceso de recuperación ambiental. Esta conexión podría ser el punto de partida para el sistema de transporte urbano acuático que la ciudad está en mora de ejecutar.
También sería factible la creación de un corredor ciclístico que permita la conexión de los principales monumentos turísticos de la ciudad con el nuevo polo de atracción implementando una alternativa de movilidad sostenible para la ciudad y potenciando la accesibilidad de la zona tanto para residentes como para los turistas.
Hasta ahora, el mercado de Bazurto ha sido visto solo como un problema que debe ser erradicado, sin pensar en las múltiples oportunidades que ofrece este espacio. Ojalá los planificadores urbanos de la ciudad cambien esta perspectiva y exploten todo este potencial. Un proyecto así tendría un poder transformador, similar al que tuvo el Museo Guggenheim y el llamado “Efecto Bilbao”. Bazurto se debe convertir en un gran mercado cultural que ofrezca a Cartagena y a sus visitantes una auténtica experiencia Caribe.