El emprendimiento rural
Cada vez que hablo de empoderamiento femenino me inspiro, me llena de orgullo sentirme bien representada por tantas niñas, deportistas, científicas, trabajadoras, madres y también mujeres que deciden no serlo; diversidad femenina que cada día eleva su voz con valentía y es capaz de derrumbar preceptos. También, es inevitable en mi posición de líder de una organización agroindustrial, sentir una cercanía especial por aquellas mujeres que son protagonistas en el sector productivo desde la ruralidad y son ellas a quienes quiero reconocer en este espacio, mujeres únicas y poderosas que impulsan el agro con su tenacidad, pasión y grandeza.
La empleabilidad de la mujer rural en Colombia representó en promedio 15,6 % entre 2010 y 2021 y esto vale la pena analizarlo porque las mujeres que trabajaron en zonas urbanas representaron en promedio el 84,4 % durante ese mismo periodo. Además, si ampliamos el panorama laboral de las mujeres en el mundo encontramos que, de 113 países evaluados sobre la igualdad de género en la agricultura, Colombia aún se encuentra rezagada en este ítem al ubicarse en el puesto número 63. En países de América Latina los que tuvieron mayor avance rural fueron Panamá, Chile y México.
Ahora bien, ¿dónde están los esfuerzos del sector público, pero sobre todo del sector privado por cerrar la brecha laboral para las mujeres del agro en el país? Pareciera que el camino a recorrer como sociedad transformadora está dirigido en hablar más de oportunidades y menos de género cuando de desarrollo rural se trata. No en vano, en las zonas donde más mujeres se involucran en la seguridad alimentaria del agro y en el fortalecimiento de la cadena de suministro, mayor debería ser el desempeño de los equipos productivos en las empresas.
Es en este punto es donde quiero destacar que, desde La Fundación PepsiCo, nuestro brazo filantrópico, hemos trabajado con la Care, para abordar la desigualdad de género en el sector agrícola. La iniciativa, pretende entregar a más de 5 millones de mujeres agricultoras y sus familias en todo el mundo educación, recursos y apoyo económico para ayudarlas a aumentar el rendimiento de sus cultivos, los ingresos y el acceso a la nutrición a nivel local, a 2024.
Esta asociación hace parte de un esfuerzo de PepsiCo por apoyar un sistema alimentario más sostenible al empoderar a las mujeres en su propia cadena de suministro agrícola.
Sabemos que como empresarios todavía tenemos tareas pendientes sobre el empoderamiento femenino en Colombia, por eso implementamos una serie de procesos de transformación e inclusión como lo es el proyecto liderado por mujeres llamado “Cascos Rosa”, iniciativa desarrollada en el marco de la construcción de la planta en Guarne, Antioquia. Actualmente, la iniciativa ha impactado a 133 mujeres que han hecho parte de los colaboradores vinculados, de las cuales 61 % son madres, y de estas 63 % son madres cabeza de hogar.
Existen un sin número de iniciativas que valen la pena visibilizar y en donde las mujeres tienen un rol protagónico, sin embargo, aún se requiere mayor sororidad. Ese es mi llamado como mujer y líder de una compañía que trabaja por destacar a las mujeres en el campo. Podemos ser muchas quienes trabajamos para lograr un impacto positivo en la sociedad, pero necesitamos ser más las mujeres que hacemos eco de los efectos tangibles por aquellas que trabajan y aportan desde la ruralidad.