Unos de los grandes desafíos para los latinoamericanos, entre ellos los colombianos, ha sido el acceso a la tecnología, en especial, a los servicios de manera virtual. Particularmente, a nivel local, el poder adquisitivo de muchos obliga a apalancarse en métodos de financiación que no toman en cuenta la realidad de un país, donde la informalidad y el “rebusque”, son el medio de subsistencia de un buen número de habitantes. Por eso, no sorprende que en Colombia alrededor del 70% de las solicitudes de crédito para financiación son rechazados.
Un teléfono móvil, una tableta o un computador portátil pasaron de ser elementos de lujo y entretenimiento, a ser herramientas aún más fundamentales para el desarrollo de las actividades cotidianas. Incluso, quienes ya contaban con estos elementos requirieron actualizarlos o incluso reemplazarlos por otros más nuevos. Sin embargo, las dificultades económicas que trajo la pandemia obligaron a entrar a muchos a listas de riesgo de impago o mora. Y a otros, por falta de oportunidades, retrasar su ingreso al sector financiero.
Es desafiante encontrar un punto medio entre la inclusión y el riesgo, por eso en Claro Colombia, basado en su estrategia de transformación digital, a partir del uso del big data con técnicas avanzadas de inteligencia artificial, viene trabajando para poder conocer profundamente a sus millones de clientes. Esto ha permitido brindarles, en promedio mensual a 18.000 colombianos, una segunda oportunidad ante el rechazo de sus solicitudes de crédito, con lo que han podido acceder a tecnología de punta que les permite acceder a educación, empleo o información, que sería imposible sin estas herramientas.
El modelo de calificación de Claro se nutre de fuentes de datos poco comunes para financiera tradicional. Por ejemplo, se tienen en cuenta variables como demografía, la fidelidad con la marca, y la trayectoria o consumo de los servicios de telecomunicaciones. Adicional a la experiencia que tiene la compañía en financiar equipos y tecnología desde el 2017 con un promedio de más de 180.000 equipos al año, que permite encontrar similitudes de comportamiento entre personas con excelente comportamiento de pago y otras que aún no están catalogadas, pero que gracias a los datos, es posible darles una oportunidad de financiación.
Estos modelos son el fruto de trabajo y la sinergia de múltiples áreas como Analítica Avanzada, Cartera y Riesgo, Innovación e IT, entre otras, pero que solo son posibles al momento de poner en el centro a los clientes y sus necesidades.
En un país como Colombia, donde miles de personas tienen que acceder a mecanismos como el gota a gota, que según un estudio de la Universidad Central pueden llegar a mover $2.800 millones por día, hace que terminen pagando tres, cuatro o más veces el valor de un mismo bien o servicio que otros pagarían al contar con mecanismos de financiación tradicional.
Por eso, el poder de la data como motor de inclusión, para brindar a algunos una primera e incluso una segunda oportunidad para acceder a mecanismos de financiación.