Analistas

De tesis a Ley

Camilo Galeano George

De manera tardía me enteré de que existen especies en las que la presencia del sexo masculino no es siquiera necesaria. Fue en un texto de Simone de Beauvoir donde la célebre feminista aborda el tema de la partenogénesis: el proceso mediante el cual ciertos organismos, como las abejas melíferas, pueden reproducirse sin necesidad de aparearse. En 2016, los cuidadores del acuario australiano Great Barrier Reef Aquarium quedaron atónitos al descubrir que de tres huevos puestos por Leonie, un tiburón hembra que vivía únicamente con otras hembras, nacieron crías vivas. De Beauvoir utilizó fenómenos como este para argumentar que establecer una definición universal de lo que es “hembra” o “macho” resulta complejo. De esta manera, reforzó el concepto feminista de género, sosteniendo que las diferencias entre hombres y mujeres son, en gran medida, una construcción social.

El fortalecimiento del concepto de género impulsó a la Organización de las Naciones Unidas, ONU, a adoptar la perspectiva de género como un enfoque para evaluar las implicaciones que tienen las acciones planificadas tanto para mujeres como para hombres, en ámbitos como las iniciativas de construcción de paz. Estas acciones condujeron al reconocimiento internacional, en el año 2000, del papel fundamental de las mujeres en la promoción de la estabilidad global, mediante la adopción de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la ONU. Dicha resolución insta a todos los actores involucrados en la planificación de procesos de desarme, desmovilización, reinserción, reincorporación y reintegración a considerar las necesidades específicas de las mujeres.

Toda esta historia fue la que me motivó a desarrollar mi tesis doctoral, enfocada en analizar hasta qué punto el proceso de desmovilización en Colombia ha incorporado las necesidades específicas de las mujeres. El resultado fue claro: aunque se han logrado avances importantes, aún persisten desafíos significativos por superar.

Garantizar que el proceso de desmovilización ofrezca un entorno adecuado para las mujeres que deciden reincorporarse a la vida civil es un paso fundamental para acercar a Colombia a una paz sostenible. Si aspiramos a una paz duradera, es indispensable reducir la reincidencia de mujeres en el conflicto armado, y para lograrlo, es necesario contar con un proceso de desmovilización que esté verdaderamente adaptado a sus necesidades específicas. Mi propuesta: diseñar e implementar una nueva ruta de desmovilización y reincorporación, hecha a la medida para las mujeres.

Esta iniciativa posicionaría a Colombia como un referente de innovación en las políticas de posconflicto, sirviendo de ejemplo para otras sociedades que enfrentan conflictos internos similares.

Contra reloj, en la legislatura pasada, fue aprobado el Proyecto de Ley “por medio de la cual se crea la ruta de atención diferencial para la estabilización económica de las mujeres desmovilizadas y se dictan otras disposiciones”, estableciendo por primera vez en Colombia un camino específico para las mujeres en su transición a la vida civil. Este logro no solo representa la evolución de una tesis que se convierte en Ley de la República, sino también marca el inicio de una nueva era para las mujeres, tanto víctimas como victimarias, del conflicto armado colombiano.

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