Analistas 21/06/2023

Libertad: clave ignorada

Camilo Guzmán
Director ejecutivo de Libertank

La realidad es que Colombia hoy es un país mejor que en las últimas décadas del siglo XX. Sin embargo, el progreso parece cojear, avanzar a un paso más lento de lo que muchos desearíamos. Pongamos un ejemplo concreto: la reducción de la pobreza. Hemos experimentado una disminución constante entre 2002 y 2014, pero el ritmo ha mermado desde entonces. Roberto Angulo destacó en su última columna que, después de 2014, los avances se estancaron y la pobreza incluso empeoró a partir de 2018. Esta frustración tal vez fue un presagio de las protestas sociales y la posterior victoria de Gustavo Petro.

Muchos colombianos, confundidos pero anhelando un cambio, eligieron un nuevo rumbo, quizás sin entender completamente sus implicaciones. El hecho de no reconocer que el progreso en Colombia se desaceleró desde 2014 nos ciega y nos impide actuar para mejorar el ritmo de vida de nuestra gente.

Existen numerosos factores que frenan nuestro crecimiento y progreso. Sin embargo, hay uno que considero trascendental y que ha demostrado ser determinante para el éxito de los países más prósperos: la libertad económica. Esta es el derecho fundamental de cada individuo a controlar su propio trabajo y propiedad. En una sociedad económicamente libre, las personas pueden trabajar, producir, consumir e invertir a su gusto, y el gobierno permite la libre circulación de trabajo, capital y bienes, coaccionando o restringiendo la libertad solo lo necesario para proteger y mantener esa misma libertad.

Hace poco se publicaron los resultados de libertad económica de 2023 de la Heritage Foundation, y el resultado de Colombia es lamentable. Desde 1995, fecha en que se publicó por primera vez el índice, nuestro país ha mostrado un rendimiento mediocre en libertad económica. Enormes desafíos acechan en salud fiscal, integridad gubernamental, derechos de propiedad, eficiencia judicial y libertad laboral.

La libertad económica no es un tema trivial. Al contrario, cuando comparamos los resultados en esta materia con indicadores clave como el PIB per cápita, el Índice de Desarrollo Humano, o el Índice de Desempeño Ambiental, los beneficios de la libertad económica son evidentes. Las naciones más libres son 11 veces más ricas que las más reprimidas. El 10% más pobre de los países más libres tiene el doble de riqueza que el promedio de los países reprimidos. Las sociedades mayoritariamente no libres y reprimidas albergan a un 31% de personas en situación de pobreza multidimensional, mientras que en los países libres y moderadamente libres, la cifra es de tan solo 8,1%. Además, los países con mayor libertad económica tienen un Índice de Desarrollo Humano significativamente más alto y mejor desempeño medioambiental que aquellos con economías mayormente reprimidas o reprimidas.

Desafortunadamente, Colombia cayó del puesto 49 en el mundo en 2021 a 62 en la medición de este año, y del 6º al 12º en la región. Aumentar la libertad económica en Colombia no ha sido prioridad para nuestros líderes recientes. Para alcanzar los niveles de progreso y mejora de vida que anhelamos, necesitamos hacer de esto una obsesión. Lamentablemente, las ideas de quienes gobiernan hoy, a lo largo de la historia, han acabado con las libertades (incluyendo la económica) en todos los lugares donde han sido implementadas. Ojalá no triunfen en Colombia.

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