En el tejido del tiempo, la humanidad ha construido una narrativa constante de progreso, donde cada hilo del pasado se desenreda para dar paso a innovaciones más sorprendentes. Desde el inicio de lo que fuera la creación de lo que en su momento se consideró como el primer computador, el Z1 en la Alemania de los años 30 del siglo pasado. Siempre ha existido una incansable búsqueda de conseguir mayor poder computacional, y esto nos ha llevado a la era actual en la que vivimos. La era de la supercomputación: Aquella que nos llevará a una aún más compleja y sorprendente, la Era Cuántica.

En el mundo de las computadoras, los supercomputadores son esos titanes que desafían los límites de lo posible, o de lo que conocemos posible hasta ahora. En la cima de esta pirámide tecnológica se encuentra Frontier, una maravilla de la ingeniería producida en EE.UU. por Hewlett Packard para el Departamento de Energía y que supera los 1,1 Exaflops en velocidad. Seguido de cerca se encuentra Fugaku, desarrollada por Fujitsu y la cual cuenta con un poder computacional de 442 Petaflops. Esta fue diseñada para el Centro de Ciencias de la Computación en la ciudad de Kobe, en la bahía de Osaka en Japón. Pero estas máquinas no son solo números en una lista con sus respectivas medidas de rendimiento; son puertas hacia un futuro donde los desafíos más intratables de la humanidad comienzan a encontrar respuestas.

El progreso tecnológico que llega con estos equipos marca un hito que reverbera en todas las disciplinas. Desde la medicina hasta la biología, desde la ciencia de los materiales hasta la exploración del espacio profundo, estas supermáquinas están destinadas a revolucionar cómo abordamos los problemas más complejos que enfrentamos actualmente en el mundo. La lucha contra las pandemias futuras, la comprensión de las dinámicas moleculares más profundas y la predicción de fenómenos climáticos extremos son solo algunas de las proezas que esta nueva generación de computadoras está preparada para lograr.

Tesla, líder contemporáneo en innovación, está labrando su propio camino con la creación de Dojo. Este supercomputador, que entró en producción en julio de 2023, ya está destinado a cambiar las reglas del juego. Con este, podemos esperar avances disruptivos que transformarán no solo la industria automotriz sino muchas otras más.

En paralelo, emerge Andromeda, una maravilla de la inteligencia artificial. Este gigante computacional no solo es grande en escala, sino también en ambición. Con el poder equivalente a 2.000 de los chips más veloces de Nvidia, está diseñado para explorar los confines de la inteligencia artificial, desbloqueando los misterios del ‘deep learning’ y permitiendo avances significativos en la automatización y la comprensión del lenguaje humano.

Cómo menciona el físico teórico americano de origen japonés Michio Kaku, “estamos a portas de la siguiente revolución, una sin precedentes en materia de poder computacional.” Esta época sin duda nos llevará un paso más cerca de la era cuántica, con máquinas exponencialmente más poderosas que las supercomputadoras. Para ese entonces, la humanidad no solo resolverá problemas; redefinirá lo que es posible. Estamos en el umbral de una nueva era de descubrimientos, una era que cambiará la forma en la que vivimos, trabajamos y exploramos el mundo y a medida que avanzamos hacia este futuro cuántico, nuestras mentes se expenderán con la promesa de lo desconocido y lo posible.