El verdadero Robo del Siglo
Imagínese usted conectarse a una llamada virtual de trabajo con sus superiores, con los que suele tener conversaciones constantes, llevar a cabo una llamada convencional y recibir instrucciones. Usted las sigue al pie de la letra, cuelga la llamada, y horas después le informan que las personas con las que usted cree que habló, no estaban en esa llamada, que fueron generadas artificialmente y que las instrucciones que le dieron no provenían de sus jefes, sino de un grupo de delincuentes digitales que orquestaron dicha operación. ¿Qué haría al respecto?
Pues esto mismo sucedió hace pocas semanas en Hong Kong, China. En un caso sin precedentes, muy sofisticado, e involucrando tecnologías ‘deepfake’ avanzadas como elemento principal. Para los no familiarizados, los ‘deepfakes’ o ‘ultrafalsos’, son imágenes, videos o audios generados artificialmente que recrean casi a la perfección aquellos provenientes de una persona real.
Este caso fue primero reportado por el diario South China Morning Post y luego por The Guardian en el Reino Unido, y tuvo como protagonistas principales las versiones digitales recreadas del CFO
(Vicepresidente Financiero) de una compañía multinacional junto con otros dos empleados que aparecieron y participaron en una llamada virtual, e instruyeron a uno de sus empleados en la misma organización a transferir $25 millones de dólares a 15 cuentas bancarias distintas. Los delincuentes fueron lo suficientemente astutos para replicar no solo las imágenes sino las voces de dichos empleados, creando un robo sin precedentes en nuestra historia contemporánea.
Este sorprendente acto delictivo no solo ha conmocionado a la comunidad corporativa global, sino que también ha despertado preocupaciones en términos de seguridad y privacidad en el mundo digital. De igual forma, la confianza en las comunicaciones virtuales y en la identificación de las personas a través de medios electrónicos se ha visto desafiada por este incidente, llevando a varias compañías a activar revisiones exhaustivas de los protocolos de seguridad en empresas de todo el mundo.
El robo marca un hito en este tipo de fraude, pues explota una vulnerabilidad en las videollamadas, lo cual nunca se pensó posible ya que siempre se consideraron la forma más segura y confiable de comunicación. Este incidente se suma a otros recientes con el uso de deepfakes, como el que involucró imágenes explícitas de Taylor Swift que se propagaron en segundos por toda la internet, demostrando la creciente sofisticación de los deepfakes.
Si bien este siglo apenas está en su infancia, con menos de un cuarto de vida, ya podríamos decir sin duda que este hasta el momento ha sido el robo más ingenioso y espectacular sobre el cual hayamos escuchado. Este hecho ha creado un revuelo en la industria de la ciberseguridad y ha obligado a las organizaciones a tomar medidas más serías para defenderse de este tipo de fraudes y proteger la identidad de sus empleados por medio de autenticación encriptada o nuevos sistemas de alerta.
Casos impresionantes como este comenzarán a ser más comunes desde ahora en adelante, lo que subraya la importancia de la ciberseguridad en un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la comunicación digital.