Analistas 01/05/2021

Hacerse querer

Carlos Andrés Pérez
Director económico y de competitividad de la Cámara de Comercio de Cali

Existe una gran preocupación entre los grandes empresarios del país relacionada con la opinión ciudadana sobre el rol que desempeñan en la sociedad. La reputación de las empresas, de los empresarios o de la mal denominada “clase empresarial”, está siendo equiparada con la de instituciones históricamente desprestigiadas como el Congreso e incluso con la de grupos armados. Ante este fenómeno, exacerbado en el contexto de polarización política, recesión económica y aumento de la pobreza, varias iniciativas independientes, institucionales, gremiales y empresariales se han dado a la tarea de resaltar los aportes de las empresas como el pago de impuestos, generación de empleo y riqueza. Sin embargo, vale preguntarse qué es lo que se cuestiona y se le está pidiendo a los empresarios.
Pocas personas ponen en duda la importancia de las empresas en la sociedad.

Además, la opinión pública distingue entre emprendedores, micro, pequeños y medianos empresarios, ubicando en otra categoría a los grandes empresarios. Al parecer, es a estos últimos a los que se les exige algo especial, precisamente por su importancia y visibilidad. Se espera y se ha comenzado a exigir a los empresarios y gremios más representativos un comportamiento diferente al que usualmente han exhibido frente a los problemas del país.

Los ciudadanos esperan que los empresarios defiendan los valores y principios democráticos abiertamente y no solo los que, tal vez, se perciben como mezquinos: el respeto a la propiedad privada y el derecho a la libre empresa. La sociedad necesita oír a los empresarios hablando de los grandes desafíos y problemas del país. Parece querer conocer su interés por reducir la pobreza y la desigualdad, su rechazo a la violencia y al asesinato de líderes sociales, así como su preocupación por la inseguridad en las grandes ciudades y los escándalos de corrupción.

El silencio de los empresarios y sus representantes sobre estos temas puede estarse confundiendo con complicidad, pero podría estar asociado al temor de inmiscuirse en la arena política y a que hasta hace muy poco preferían el anonimato por razones de seguridad, pues eran objetivo principal de secuestros y extorsiones, lo que sigue siendo una realidad en varias regiones.

A pesar de esto, la escasa visibilidad en estos frentes está resultando muy costoso y doloroso, no solo para los empresarios sino para toda la sociedad. Quienes deberían alzar la voz son los presidentes y gerentes de las empresas más grandes dado que gozan de mayor visibilidad. En ellos y los líderes gremiales que los representan recae esta responsabilidad. Por supuesto, hay casos excepcionales como los de Christian Daes, César Caicedo, Arturo Calle o Carlos Raúl Yepes mientras estuvo al frente de Bancolombia, entre otros.

Además de su pronunciamiento, el acercamiento a los hogares y el relacionamiento asertivo con las comunidades es fundamental para generar confianza. En este frente, las fundaciones empresariales hacen aportes relevantes en campos como el cuidado del medio ambiente, apoyo a la educación o la formación para el trabajo.

Otro caso de referencia es el Programa Potencia-E ejecutado por la Cámara de Comercio de Cali en alianza con la Secretaría de Educación. Este experimento, iniciado en 2019, fue escalado en medio de la pandemia gracias a la virtualidad. Con el objetivo de incidir sobre los proyectos de vida de los estudiantes de colegios públicos en Cali, se les ha presentado a ellos, a sus profesores y familiares los avances de varios programas como el de iniciativas cluster, la agenda de internacionalización empresarial y análisis de coyuntura económica regional. Algunos empresarios y emprendedores han participado en las sesiones de trabajo.

Las evaluaciones cualitativas y cuantitativas preliminares muestran un efecto positivo temprano en la percepción de profesores y estudiantes sobre el papel de las empresas, los empresarios y, por supuesto, de los trabajadores en la sociedad. Pero tal vez el resultado más importante identificado hasta el momento es el cambio en las expectativas y aspiraciones de niños y adolescentes involucrados. Muchos quieren ahora a ser empresarios, han identificado oficios y profesiones altamente demandadas o de alto potencial en las empresas del Valle y, lo más importante, perciben interés de las empresas por ellos, por su futuro y su bienestar. Una pequeña muestra de genuino interés ha hecho la diferencia.

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