Analistas 15/05/2023

El valor de tener un hogar y una madre

Carlos Ballesteros García
Gerente de Bike House

Shakira, en su discurso magistral al ser nombrada la mujer del año por la revista Billboard, ratificó el dolor de un progenitor, el valor de luchar como una leona para tener a sus hijos, después de padecer la destrucción de su hogar.

En estos meses de celebración del Día de la madre y del Padre, deberíamos analizar el daño irreparable que hacemos a los hijos por las diferencias que se suscitan entre los padres. Debería existir el Día de los Hijos, para que ellos, con sus lágrimas y frustraciones, nos expliquen a los progenitores el dolor inmenso que sienten al ver a las parejas insultándose, ofendiéndose de forma verbal y hasta física.

A ellos, los niños, el solo hecho de sentir estupor, no les permite entender el porqué de lo que sucede cuando se presentan profundas divergencias entre los progenitores; sentir el vacío de uno de los padres en sus casas, no poder disfrutar de al menos un abrazo en las noches y de no poder contar con una voz de apoyo, es algo realmente doloroso e injusto para estas inocentes criaturas.

Y lo que sucede hoy es una verdadera infamia con miles de niños por la destrucción de sus hogares. Con pequeños que sufren castigos, que van desde actos violentos, hasta privarlos de ver a uno de sus progenitores simplemente por la rabia entre ellos. Esto no es propio de una sociedad civilizada y, después, extrañados nos preguntamos por qué hay algunos jóvenes desadaptados y resentidos. Ellos son el resultado de una crianza perversa y egoísta.

Estos pobres inocentes, además de asumir emocionalmente las rupturas entre padres, y con algunos que llevan la carga adicional de sentir parte de la responsabilidad, deben tratar de entender y aceptar que papá y mamá van a rehacer sus vidas, sin importarles a los progenitores cuántas parejas más les van a presentar para aumentar su dolor interior.

A tal punto ha sido la evolución de los hogares, que hoy existen de diferentes tipos: los tradicionales, los de madres solteras, los compuestos por los tuyos, los míos y los nuestros, los conformados por personas del mismo sexo, entre otros. Podrán evolucionar todo lo que quieran, pero nunca será reemplazado ni el vínculo ni el amor de una madre.

Es, pues, el momento de darle de nuevo el valor que le corresponde al hogar conformado por papá, mamá e hijos. Pero si ya no es posible, es clave entregarle el sitio que se merecen, en la mayoría de los casos, a las mujeres que quedan a cargo de sus retoños. Son estos hermosos seres quienes tienen esa fuerza y valentía para contener sus lágrimas y no caer de rodillas frente al dolor de un hijo. Ellas, las madres, en muchos casos solteras, son las que afrontan con valentía la desesperanza y trabajan con tesón para sacar adelante a sus criaturas.

Sin ir a demeritar el valor de los padres, solo una mujer puede sentir ese pequeño ser creciendo en su vientre con sus primeros movimientos y su llegada al mundo. Solo una mujer puede calmar el llanto de hambre y frío de su hijo; solo una mujer con una tierna mirada puede transmitir el amor incondicional; solo una mujer con un abrazo y un canto puede contener la angustia de un hijo; solo una mujer puede desgarrarse de amor, porque este no tiene límites, es eterno e inolvidable.

Para una madre, cada amanecer es un nuevo día para hacer lo mejor por ese ángel que creció en su vientre, sin importar que como hijos ya estemos viejos. El amor de madre es único, perdurable , invaluable y resistente porque muchas mantienen su morada bajo el maltrato, la dependencia que sólo generan frustración, inseguridad y debilidad.

Por todo lo anterior, sin preguntar cuántas personas conforman un hogar, lo importante es reconocer el inmenso valor de estas mujeres, con un feliz Día de la Madre. Y si el héroe que mantiene a flote el hogar es un hombre, porque también hay varones que cumplen la doble función, merecen su reconocimiento, pues feliz Día del Padre por adelantado.

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