Formalización laboral: el reto económico de Colombia
Luego de conocer las pretensiones del Departamento Nacional de Planeación (DNP), liderado por el excongresista Alexander López, en lo que sería el Plan de Reactivación Económica, el cual busca que Colombia avance de manera acelerada del rentismo y la economía tradicional de los hidrocarburos hacia una en la que la productividad y el empleo contengan un significativo valor agregado.
No obstante, enfocándonos en un análisis más materialista, el informe del mercado laboral sugiere que los colombianos estan demasiado lejos de alcanzar lo que el DNP y el gobierno nacional promueven, dado que las tasas de informalidad superan el 50% de la población ocupada.
La evidencia más reciente publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) sobre el mercado laboral informal, correspondiente al trimestre comprendido entre abril y junio de este año, sugiere que la tasa de informalidad pasó de 55,76% en el mismo trimestre del año anterior a 55,81% en 2024. Esto significa que para el trimestre señalado en 2023 alrededor de 12.706 personas se encontraban en situación de informalidad; mientras que, para 2024 se observa un incremento a 12.803 colombianos dedicados a actividades informales. Además, si se observa esta tasa por género, se nota que 46,1% de las mujeres forman parte del sector formal; sin embargo, 53,9% pertenecen al sector informal de la economía. Esta situación es similar para los hombres, de los cuales 42,3% se encuentra en el sector formal y 57,7% en el sector informal.
Adicionalmente, el Plan de Reactivación Económica propone reducir la brecha en términos de competitividad y productividad que existe entre las ciudades. Sin embargo, esta tarea requiere que las tasas de informalidad en ciudades como Cúcuta (60,4%), Montería (60,6%) y Sincelejo (68%) se reduzcan a cifras de al menos un dígito o, en el mejor de los casos, al nivel que se observa en ciudades como Bogotá D.C. (33,7%), Manizales (33%) o Tunja (37,6%). Para que Colombia logre movilizarse hacia una economía menos tradicionalista y de mayor valor agregado, se necesita un mayor capital humano, el cual actualmente se encuentra en el sector informal a la espera de un Estado que, a través de inversión pública, consiga mayores niveles de cualificación académica y creación de tecnología. Se requiere menos discurso e ideología, y más acción en la ejecución y dirección del presupuesto.
En cuanto a este aspecto, el Dane muestra que la falta de formación de capital humano está correlacionada con una mayor participación en el segmento informal. La posición ocupacional más amplia es la de los trabajadores por cuenta propia, con 61%, seguida por los trabajadores obreros y empleados particulares, que representan 23,8%. Este resultado sugiere que 84,8% de los colombianos informales enfrentan inmensos problemas de bienestar, como falta de seguridad social, inestabilidad laboral, bajos ingresos, acceso limitado a los servicios financieros, entre otros, que impiden la potencial formación de capital humano y el desarrollo en los territorios.
En conclusión, la situación de la informalidad laboral en Colombia evidencia un desafío estructural que impide el avance hacia una economía más equitativa y productiva. Aunque las propuestas del Plan de Reactivación Económica del DNP buscan reducir las brechas en territoriales y de productividad, es evidente que sin una intervención decidida y efectiva en la formalización del empleo, estos objetivos seguirán siendo inalcanzables. La persistente alta tasa de informalidad no solo refleja la precariedad del mercado laboral, sino también la urgencia de replantear las políticas públicas para incluir a quienes hoy se encuentran excluidos del desarrollo económico.
Es tiempo de que Colombia transforme su enfoque económico, priorizando la creación de un capital humano fuerte y capacitado, capaz de sostener un crecimiento inclusivo y sostenible. Esta es la verdadera encrucijada que debe motivar un debate público decidido y propositivo.