Analistas 22/05/2021

De las experiencias

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

Las casi 1.000 entrevistas que tuvimos oportunidad de hacer para los programas de radio y televisión, fueron sin duda una gran oportunidad para conocer y confrontar a personajes del marketing, cuyos aportes han sido de gran valía y utilidad en todas partes. Haber podido intercambiar ideas y opiniones con mercadólogos considerados mundialmente como gurús, nos ha aportado valiosísimos conceptos y experiencias para llevar a mucha gente del mercadeo y a la práctica, haciendo de ello una verdadera herramienta que mucho y con urgencia se necesita por las circunstancias que ha generado la pandemia y lo que vive el país.

El uso de la tecnología y los multicanales para desarrollar y mantener los mercados es algo que nos ha llamado la atención desde hace tiempos; pero apreciar lo que con ello se ha alcanzado para la generación de diferenciadores y ventajas competitivas es algo digno de ser considerado para el mercadeo colombiano; hay mucho, muchísimo camino por recorrer, y hay que hacerlo rápido, pues de lo contrario la brecha entre lo que se da y hace y lo que tenemos, puede convertirse en elemento demoledor de los mercados que hemos logrado; pero hay que hacerlo muy bien, para que sea una verdadera y efectiva herramienta.

Los programas de fidelización cada día exigen y requieren más análisis e interacción de tipo multidisciplinario para lograr las metas que cada vez son más variadas y de corto efecto por la vertiginosa velocidad del cambio y las circunstancias que vivimos; pero ello se hace con acciones que demuestren una filosofía gana-gana y hagan ver a los mercados el interés que existe por cada uno, pero de verdad, no de palabra solamente.

La dependencia de los detalles para el mercadeo de relaciones, haciendo vivir siempre y en todo momento experiencias positivas y estimuladoras a los clientes, es una necesidad en un ambiente que ofrece múltiples alternativas, plagado de mensajes sin mucho fondo ni contenido, requiriéndose con urgencia, un redireccionamiento de las formas y políticas de comunicaciones que se trabajan para estimular y mantener a los clientes, quienes cada día exigen más respeto y mejor tratamiento como seres humanos.

Y las actividades de las religiones, en especial de la católica que orgullosamente profesamos, tienen que enmarcarse dentro de un mundo de acciones de mercadeo, pues de lo contrario, la competencia tan fuerte y hasta agresiva seguirá haciendo que lo que apreciamos en el mundo siga siendo una amenaza para la necesidad y vivencia diaria del espíritu.

Y ni qué decir del marketing político, que poco, por no decir nada, se ha trabajado, habiéndose confundido con el mercadeo electoral. No es necesario extenderse en este punto, pero basta con decir que ni la historia ni la filosofía partidista es conocida por el mercado nacional, y como decía el papa Francisco, mucho se ha limitado a ideologías que a nada bueno conducen.

En resumen, nada escapa al ritmo acelerado de cambio, en todos los órdenes, y nuestro país y las organizaciones, en todos los campos y actividades, necesitan adaptarse a ello y actuar antes de que sea tarde, para no cometer más errores y retomar un rumbo que ha predicado el verdadero marketing para hacer de él lo que Paul Manssur dijo: generar calidad de vida para todos.

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