El futuro de los periódicos (I)
Son muchos los comentarios y opiniones sobre el futuro de la prensa escrita y, por consiguiente, de los periódicos regionales como se denominan los que se editan y circulan principalmente en determinadas áreas geográficas o regiones.
Que van a desaparecer porque internet y las redes sociales los desplazarán, es quizá la principal razón para ello, además de otras como costos de producción, facilidad de corresponsales, participación de los lectores y, a decir verdad, muchas más, pues lo que en ellos se publica, opinan, lo remplazan los medios digitales, con lujo de detalles como la inmediatez, siendo ellas algunas razones por la cual no son pocos los que afirman que tendrán que pasar del impreso a las ediciones para las diferentes plataformas existentes.
A lo anterior, se agrega que la radio y la televisión, en todas sus expresiones, cumplen muy bien la misión que los periódicos, y sobre todo los de las regiones, han tenido y tienen.
Pero también hay muchas opiniones en contrario, aceptando que no pocos han dejado de imprimirse para migrar hacia lo digital y otros cerrado, al tiempo que unos más seguirán desapareciendo; inclusive hay quienes afirman que no solo no van a desaparecer, sino que se afianzarán, pero, y muy claro ese pero, solamente los que sepan adaptarse y actuar como debe ser, que ha sido la razón principal para que hoy no existan muchos de los que existían.
La reciente adquisición del total de acciones del periódico El Colombiano de Medellín por parte de la familia Gómez Martínez, ha despertado inquietudes sobre el futuro de los periódicos regionales que, como algunos dicen, deben entender que el fortalecimiento de ellos es posible si y solo si se saben adaptar a las exigencias del mundo actual y dar cabida a periodistas profesionales y corresponsales que sean idóneos en la dirección y manejo de la información, la orientación de la opinión, los análisis y, muy importante, pero muy importante, si saben hacer lo anterior trabajando para ello lo que los medios digitales y los demás, como la radio y la televisión, no pueden ni podrán hacer de manera efectiva, porque los espacios para hacerlo son varios y el mercado, en el que ya hay mucho ganado, está ávido de que eso ocurra, como demuestran las investigaciones y los análisis hechos por reconocidas entidades y sustentados por personalidades que con autoridad y fundamento ello manifiestan, como Foromarketing, Pew Research Center, Aurelio Medel en el diario español El País, Jesús Canga Larequi, Roberto Eisenmann, James Berkeley, Juan F. Samaniego y, recientemente, José C. Alemany y el diario La Razón, para citar solamente algunos.
Fernando Gómez Martínez, socio-director de El Colombiano y artífice de lo que ha llegado a ser el periódico antioqueño, al posesionarse como miembro de la Academia Colombiana de la Lengua pronunció un discurso que llamó ‘La Muerte del Libro’, y parafraseando lo que entonces manifestó, que tiene validez en los momentos actuales, señalaba cómo el libro, como el periódico, no solamente no estaba muriendo como muchos quisieron y hoy quieren hacerlo ver en medio de una visión futurista como la que vivimos, terminó su alocución con una frase de Don Juan Donoso Cortés quien dijo “Hay un libro, tesoro de un pueblo…, a donde han ido a beber su divina inspiración todos los grandes poetas de las regiones occidentales del mundo. Ese libro es la Biblia”.