Analistas 11/11/2023

Marketing navideño

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

El respiro y hasta cierto punto optimismo que han generado los resultados electorales de hace dos semanas, es motivo de análisis y discusiones para analistas y el país en general. Pero también de frustraciones, molestias y rabias para otros, y para quien primero debería reconocer que no logró ni poquito de lo que esperaba.

Para mercadeo, y por la proximidad de la temporada navideña, que para algunos pareciera que ya comenzó y que también se aprecia en muchísimos casos en todo el mundo, también es causa de inquietudes y procesos de planeación.

Comenzando la segunda mitad del penúltimo mes, y con la esperanza de nuevos aires a partir del inicio de Enero por los cambios que se avecinan, hay que pensar en lo que será este final de año, sobre todo por el uso de las herramientas que mercadeo trabaja para lograr lo que en muchos casos no se ha hecho durante el transcurso de este moribundo 2023. Concretamente en lo que son las promociones y las comunicaciones mercadológicas (no solamente publicidad), porque tal como ocurre en época electoral, se inunda y satura el ambiente de todo tipo de medios utilizados para “hablarle” a la gente.

Las críticas y los reclamos se aprecian, sobre todo ante la pasividad de quienes deben actuar para velar por los derechos de los receptores de esas actividades: promesas engañosas, mensajes confusos, exceso de actividad, y más, son algunas de las que se dan con mayor frecuencia.

Promesas que no se cumplen, o que para hacerlas cumplir se tiene que acudir ante los jueces. Otras con mensajes confusos, insultantes, incompletos, que no se entienden por falta de claridad o uso de palabras y términos hasta inventados, o las famosas frases como “aplican restricciones”, “sujeto a modificaciones sin previo aviso y similares.

Promesas de devolución del dinero que en el mejor de los casos se convierte en un bono de compra, pero únicamente utilizable en el mismo establecimiento. Y ni hablar de las trabas para hacer uso de las garantías. Concursos promocionales de los cuales casi nunca se conocen los resultados y menos los ganadores, y otras prácticas que no son las debidas.

Y para colmo de males, encontrarse que los “colaboradores” o vendedores que ni siquiera saben de qué se les habla porque no les han entrenado ni informado bien sobre los principios y las prácticas de la organización, contratados para la temporada especial, quienes en lugar de mercadeo desarrollan un verdadero antimarketing, del cual realmente no son del todo culpables.

En realidad, la temporada navideña es la época del año en la que se presentan las mejores oportunidades para la práctica de un efectivo mercadeo por el incremento de actividad de los mercados en todos los frentes.

Es cuando más contactos se dan y cuando mayor cantidad de información se puede intercambiar, presentándose un escenario ideal para afianzar los lazos de lealtad que se haya podido alcanzar.

No se trata de regalar ni de tirar la casa por la ventana, como dice el refrán, sino de aprovechar la interacción que se da, las comunicaciones que se manejan y las alternativas que se generan para que se logre un verdadero conocimiento de las partes involucradas en el proceso logístico mercadológico que, como dicho, nunca termina, ni terminará.

Esperemos que la navidad y lo que todos hacen sea para el renacer del país.

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