Comienza mañana la última semana del penúltimo mes de este año que nos ha enseñado y dejado de todo, bueno, regular y no tan bueno, pero eso sí, fuerzas y ánimos para iniciar un nuevo período, confiando que se han aprendido las lecciones del más grave error cometido en la historia reciente del país, que podría decirse es normal por ser personas humanas, y que en el futuro se evitarán porque de ellos se aprende algo, se logran beneficios, y el renacer será a partir del primer día del año que pronto comenzará. Es que definitivamente “perder es ganar un poco”.
El ya moribundo 2023, que muchos desean que fallezca de una vez, para el mercadeo pudiera afirmarse que ha mostrado avances, pero se pierde el año debido en buena parte a lo que ha sido el desgobierno que ha llevado a incertidumbre, dudas, temores y hasta desespero. Pero hay más razones.
La discontinuidad en el proceso logístico, o sea en las acciones programadas y ejecutadas dentro de una programación de actividades ha sido algo notorio en las organizaciones, lo cual como es apenas lógico, conduce a inestabilidad del comportamiento del mercado.
Las disrupciones en la actividad estimuladora han servido en bandeja de plata para que los componentes del proceso, que no debe interrumpirse, se sientan débiles e inestables, de alta potencialidad para oferentes nuevos y tradicionales que sepan sacar provecho de las circunstancias que se presentan, porque como dice el dicho, “en río revuelto ganancia de pescadores”.
Errores, sobre todo en el manejo de las comunicaciones. Como siempre, siendo la publicidad la que más brilla por la cantidad de fallas, sin querer decir que sea la única, más sí que quizá sea por ser la que consume la mayoría del presupuesto de la actividad, además de ser tradicionalmente la que se considera de mayor poder de estimulación sensorial. La debilidad de los mensajes, la falta de claridad y el incumplimiento de lo que en ellos se dice, han sido fuertes en 2023. Mucho de “yo soy” o “nosotros somos”, y poco de lo que se ofrece como beneficios, siendo muy vago lo que se expresa cuando esto último se comenta.
La confusión y la creencia existentes sobre que creatividad es hacer locuras y salirse de los límites han hecho que los mensajes no sigan patrones de integralidad. Es decir, el desconocimiento de que “todo y todos comunican y no se puede no comunicar”, de una parte, y la falta de coherencia en los contenidos, de otra, han ocasionado la falta de conexión (generación de interés sostenible) en los mercados. Unas cosas hoy y otras mañana, sin coherencia ni integralidad sobre lo que se desea comunicar.
La ausencia de actividades de seguimiento y los manejos inadecuados del llamado CRM, son otros de los motivos de errores del marketing 2023. Lo que se hace no demuestra que existan actividades de seguimiento y análisis, razón para que mercadeo sea perdedor a la hora de los balances.
La dirección u orientación adelantada por quienes no tienen la preparación suficiente o no son de mercadeo, sumado a la falta de capacitación y entrenamiento permanentes, ha sido otra razón para la baja calificación en el año.
No todo ha sido malo o insuficiente, pero hay que pensar en lo que se ha dado este año para corregir y trabajar sin descanso en el próximo, sobre todo porque a partir de enero 1 mucho será diferente…., esperamos.