Analistas 16/08/2025

¡Mercadeo estúpido, patria boba, mercado confundido!

Carlos Fernando Villa Gómez
Consultor de Mercadeo

La triste situación actual del país por el desgobierno caótico que cada día es peor, sumada a la falta de un verdadero mercadeo político, hace pensar que estamos viviendo de nuevo lo que los historiadores llamaron “patria boba”, sobre lo que muy buena parte de las nuevas generaciones desconoce y no parece querer saber.

Si después de la declaración de independencia se dio comienzo a la serie de peleas y discusiones entre centralistas y federalistas que generaron ese caos que dividió al país entre 1810 y 1816, caracterizado por los conflictos internos debido a opiniones encontradas, y dizque superado, hoy parece que hubiéramos regresado a ella haciendo que se vuelva a vivir una situación que más que boba, podría denominarse de otra forma, con muy buena parte del pueblo colombiano actuando sin conocer razones ni motivos, sirviendo de idiotas útiles para los que ostentan el poder.

Ausencia de marketing político, que no es lo mismo que el marketing electoral como muchos creen, porque si se hubiera desarrollado se tendría un verdadero conocimiento de la filosofía partidista y una clara política de estado. Ojalá el país despierte y caiga en cuenta de lo que vivimos para evitar el crecimiento de la polarización que con las cortinas de humo diarias y los yerros de tantos miembros del desgobierno, y una nueva versión de esa patria boba.

Pero no es solamente en la política, pues el mercado (léase comportamiento de los clientes) se parece en mucho a la manera como actuaron nuestros compatriotas durante esos años, debido a un marketing que se está practicando en muchos casos, debido a la codicia y afán de más demostrado por gente que se dice de mercadeo.

Por eso, el afamado profesor español Rafa Cera escribió hace unos años un comentario que tituló “marketing estúpido”, y sobre lo cual dice que mientras “Nos obcecamos, algunos profesionales, pregonando y trabajando con las organizaciones por un marketing que trascienda, que se centre en satisfacer a los mercados, que no pretenda engañar, sino que convenza, centrado en el cliente y amparado en una oferta de valor que solucione los problemas o necesidades y deseos de este”, hay otro mercadeo caracterizado porque importa más la apariencia que el contenido, que tiene como finalidad el efectismo usando palabras, mensajes, formatos, colores, etc., para llamar la atención aun por aspectos no siempre buenos, dejando de lado los intereses del cliente, valorando más lo que se muestra, manipulando ofertas para lograr transacciones antes que fidelidad, descuidando al cliente por lograr más mercado y más.

En otras palabras, con verdades a medias y hasta con mentiras.

Además, continúa comentando, el mercadeo estúpido supone una visión cortoplacista y una finalidad en dinero principalmente; la marca no importa tanto y el éxito se mide por transacciones teniendo como indicadores solamente lo cuantitativo sin considerar lo cualitativo.

Termina el comentario indicando que el verdadero mercadólogo lo puede identificar fácilmente pues se caracteriza “por algo que es creer que el cliente comprará lo que más le llame la atención, no lo que mas le interese para su situación. Es la máxima expresión de desprecio por el cliente, pues utiliza el stupid marketing asumiendo que su cliente es idem”. Para pensar tanto lo uno como lo otro.

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