La propuesta de reforma a la salud con la que el actual desgobierno quiere cambiar a toda costa y como sea el sistema colombiano,a pesar de ser considerado como uno de los mejores del mundo y de que se requiere una reforma pero para mejorarlo sin dañar lo que hay, es un fiel reflejo de falta de conocimiento de la necesidad del mercadeo en la salud y de un mercadeo que está sufriendo quebrantos de ella, de salud.
Varias veces, por no decir muchas, se ha insistido sobre lo que es el verdadero mercadeo, que no es una actividad para lograr ventas ni para el comercio únicamente, sino para todo, como una función organizacional para intercambiar propuestas de valor y entregar cada vez un mejor nivel de vida para quienes lo desarrollan y consecuentemente para la sociedad, pues es el responsable de formar y sostener los comportamientos de los mercados.
Cierto es que en sus principios no era éste el enfoque dado, por las circunstancias de entonces. Además, no todos entendieron lo que era y es en realidad y se han quedado con esa visión, siendo trasmitida a muchos estudiantes en algunos claustros universitarios y en otros sitios de enseñanza o aprendizaje. Este hecho ha ocasionado que se esté viviendo un mercadeo enfermo, sin salud, y que los sistemas de salud no estén desarrollando un efectivo mercadeo, lo cual, sin tratarse de política, a su vez ha generado en parte lo que se está viviendo.
Cuando Neil Borden y James Culliton, profesores de Harvard, compararon la persona que dirige el mercadeo con un chef de cocina, muchos se burlaron. Años más tarde fue comparado con el director de una orquesta y ocurrió lo mismo. Pocos lo entendieron a pesar de la lógica de esas comparaciones. Ambos tienen a su cargo un equipo para dirigir lo que hacen, de manera que tanto la oferta de comida como la de música sea del completo agrado de todos, entendiendo que no hay nadie ni nada más importante que los demás en el equipo, pues uno que no actúe como debe, hace que las cosas no salgan bien. Y para que los resultados esperados se den se requiere capacitación, entrenamiento y elementos adecuados para hacer las cosas. Además, mercados preparados y conocedores de lo que se ofrece.
Si los orientadores del sistema de salud lo hubieran entendido, el mercado habría y estaría participando activamente intercambiando ofertas para mejorar cada día el sistema y la salud. Y si los que están encargados del mercadeo, no solamente en las actividades del bienestar de la sociedad sino de todas las actividades de la cotidianidad lo hubieran entendido y aplicado adecuada y efectivamente, no estaríamos viviendo la crisis actual.
En el mundo hay mucha gente que dirige o hace parte de los equipos de mercadeo sin estar preparada ni tener la experiencia necesaria para que sea ejecutado como se debe, y por ello está enfermo, en crisis, como lo corrobora reciente artículo en la revista Fortune. Pero ello se explica por esa falta de preparación y experiencia de quienes lo dirigen y aplican, y como siempre ocurre, el malo parece ser el mercadeo, no quienes no lo aplican bien o no saben cómo hacerlo.
Como dijo Drucker: Las organizaciones tienen dos funciones básicas: mercadeo e innovación, y agreguemos, todo lo que se hace tiene que ver con el mercadeo.