Próxima está la época más esperada del año, para la mayoría, porque tradicionalmente es la que más mueve a muchos de los humanos, no solamente en lo que a comercio se refiere sino también sentimentalmente. Es la época ideal para fidelizar y fortalecer relaciones.
Desafortunadamente, muchos parece que no la consideraran como debe ser, descuidando las oportunidades para mantener y mejorar relaciones con los clientes, prospectos, proveedores, y con la sociedad en general. A todo ello anteponen el interés económico.
Es una época propicia para manifestar de manera sencilla pero sincera, los sentimientos hacia quienes han hecho y hacen posible que se tenga éxito. Y para hacerlo no hay que hacer imposibles ni excederse en dádivas, eventos y similares. Lo simple, lo sencillo, es lo que más fuerza tiene, por lo que hay que insistir en que en el mercadeo, y en todo, el poder de lo simple continúa siendo un factor de éxito muy importante.
El relacionamiento del que se trata en el verdadero mercadeo es simple y sencillamente un conjunto de actividades basadas en un conocimiento mutuo y una filosofía de vida siempre fundamentada en un gana-gana, para lograr cada vez más un mejor nivel de vida para todos.
El contacto con los integrantes del mercado y la demostración de los mejores deseos, sin exagerar, sin hacer uso indebido de promociones y ofertas, con mensajes simples y sin las trabas y exigencias exageradas de muchos, puede hacer de la navidad una temporada ideal para lograr la fidelización además de afianzar la que se ha logrado.
Algunos utilizan la época para atraer clientes nuevos, olvidándose de los que ya existen, sin entender muchas veces que es más fácil y rentable conservar los que hay que conseguir nuevos, con lo que no se demuestra agradecimiento hacia los que durante el año han sido fieles, haciendo que muchos se sientan olvidados, y por lo tanto atraídos por lo que muchos competidores, que nunca están quietos, hacen.
Los trámites de devoluciones y cambios por ejemplo, se convierten en una odisea. El servicio al cliente se vuelve antimercadeo porque la gente que se contrata para atender la demanda de la temporada muchas veces no es la que se debería contratar, pues no tiene la capacitación y la experiencia necesarias, o se trabaja con parientes que no conocen la filosofía de la organización, ni las políticas, ocasionando disgustos y malos entendidos.
El manejo de inventarios, los descuentos, las facilidades de pago, los horarios, y muchas otras variables, son de gran importancia y valoración por parte de los clientes, y deben ser considerados no solo para promociones de ventas sino también, y muy importante, para facilitar las actividades de los clientes, pero de verdad, no de palabra solamente.Es una temporada en la que como dijimos al principio, lo sentimental adquiere un valor diferente al resto del año, y por ese solo hecho, principalmente, se convierte en una época ideal para fidelizar y afianzar sentimientos, como también, porque es una realidad, para lograr nuevos clientes, pero debe ser esencial y primordialmente, para agradecer a los clientes, con lo cual se logra esa lealtad que durante el año, se buscó. No de palabra sino de obra, entendiendo que con mensajes bonitos y promesas que no pueden cumplirse, no se logrará mucho. La esperanza de que eso ocurra, ante las circunstancias que se están viviendo, no se pueden perder.