No es secreto que cada día hay algo nuevo en el mundo de la tecnología que es aplicable al marketing, y como Peter Drucker recordó antes de morir, las organizaciones que no estén al día en ella y sus aplicaciones pronto serán historia, a lo cual habría que agregar que se tendrá una sociedad viviendo en medio de incertidumbre y dudas como se está apreciando con la pandemia y en esta triste contienda electoral.
Al apreciar lo que tantos están haciendo ante la falta de conocimiento y adaptación, de una parte, y el uso inadecuado de los avances tecnológicos de la otra, lo que resulta no puede ser otra cosa que preocupación por la pérdida de confianza y nivel de competitividad y esperar que las cosas no sigan así para no tener que lamentar al final lo que pudo haber sido y no fue.
Cada vez se sabe, reconoce y acepta que el contacto permanente con los mercados es más importante, que las relaciones son base sólida de una lealtad necesaria, y que facilitar las cosas para todos es algo que la tecnología permite. Pero para que ello se dé y convierta en algo que genere un resultado de actitud sostenible y mejor nivel de vida, tiene que usarse bien, efectiva y eficazmente.
Preocupante para el marketing es saber que existiendo la capacidad instalada no se sepa usar, o lo que es peor, no se quiera utilizar para competir adecuadamente, a sabiendas de que eso es lo que se muchas organizaciones externas están haciendo desde hace algún tiempo. Además, se requiere actualización permanente para continuar con posibilidades reales de éxito hacia el futuro.
La interconexión que se da con los mercados (que todavía son y siempre serán personas) para resolver situaciones de forma inmediata, el respeto por la privacidad y el adecuado relacionamiento con los clientes, hacer las cosas más sencillas por medio de la eliminación de trámites y documentos excesivos e innecesarios, la validez de la historia, la eliminación de restricciones odiosas, y mucho más, sirven de ejemplo para tratar de llamar la atención hacia lo que implican la tecnología y la manera de utilizarla.
Saber que un automóvil se puede comprar a crédito y adelantar los trámites legales, de seguro y de alistamiento en menos de una hora, sin moverse de la oficina del vendedor de carros y no solamente culminar el proceso de compra sino salir conduciéndolo, es algo que hoy es posible en cualquier lugar del mundo. Pero para ello se requiere voluntad y uso de tecnología. Ejemplos de su utilización para acumular puntos y similares en almacenes, bancos, estaciones de gasolina, restaurantes, aerolíneas, etc. pudiendo cederlos a terceros, y trámites legales sin tarjetas ni papeles, con identificación visual o códigos; utilizar las bases de datos para evitar papeleo innecesario, agilizando procesos, como registros, la aprobación inmediata de créditos, acreditación de consignaciones, y más, gracias a la interconexión posible y real entre entidades públicas y privadas, es algo que hoy se da en muchas partes del mundo.
La lista de lo que no se hace pero podría hacerse es casi que interminable, pero hay que hacerlo, porque de lo contrario seguiremos cuestionando y deseando que los cambios que tanto prometen, en todos los campos, sean realidad.
La tecnología, en todo hay que usarla para que sea de beneficio para todos, porque si no, seguiremos deseando y soñando. No es fácil…, pero se puede.