Parece oportuno que el Gobierno dé al relacionamiento con los países africanos la importancia que este continente merece. Es claro que estamos distanciados de África y nuestro comercio es limitado, pero esa es una razón de más para iniciar una relación creciente con una región que tiene gran crecimiento, numerosas oportunidades y seguramente ventajas competitivas para Colombia.
En 2018, 54 países iniciaron la suscripción de un tratado de libre comercio continental que está llamado a constituirse en uno de los mercados más grandes del mundo con una población de 1.300 millones de personas. Para 2022, de los 54 países que habían suscrito el acuerdo, 46 ya habían hecho el respectivo depósito de ratificación, lo que es clara indicación del compromiso de los diversos países con esta iniciativa.
Según estimativos de la Secretaría del acuerdo, para 2036 este instrumento habrá generado ingresos adicionales a los países miembros por valor de US$450.000 millones. Este decir, estamos frente a un inmenso mercado en crecimiento y al cual no debemos llegar tarde.
Los flujos de comercio de América Latina con África siguen siendo pequeños en el contexto del comercio mundial. En 2021 la región latinoamericana exportó un total de US$18.500 millones, siendo el principal producto exportado el maíz, que llego a la cifra de US$2.500 millones, seguido de caña de azúcar y derivados y de otros productos como aceites de palma, soya y cárnicos entre otros.
Como puede observarse, se trata de productos de origen agropecuario complementados con algunos productos minero - energéticos como el petróleo y el mineral de hierro, lo que significa que las exportaciones que estamos enviando con destino a África siguen siendo commodities y se está dejando pasar la gran oportunidad que significa el potencial de exportaciones industriales.
Si se tiene en cuenta que de estas exportaciones aproximadamente 45% van al norte de África (Egipto y Argelia) y un 10% adicional va a Sudáfrica, es claro que la exploración del mercado apenas está comenzando.
Es Brasil, sin duda, el país que mejor está aprovechando las oportunidades que brinda África, ya que suministra 51% de estos flujos, seguido de Argentina que representa 30%. Es así como las exportaciones de los demás países de la región resultan ser bastante precarias. Colombia por ejemplo exportó al África en 2021 tan solo algo más de US$400 millones, equivalentes a 2,3% del flujo regional.
Esas exportaciones fueron igualmente al norte de África y fueron esencialmente cárnicos (Ganado en píe) y petróleo, aunque hay que resaltar la presencia de maquinaria agrícola. Si bien el valor sigue siendo modesto, cabe recalcar que estas exportaciones se duplicaron comparado con las cifras prepandemia.
Es evidente que tanto Colombia como la región norte de Latinoamérica tiene retos logísticos enormes para llegar al centro y sur de África. Más asequible es el norte de África, que se beneficia de las rutas marítimas que van de nuestros países al sur de Europa. Otro gran reto es el desconocimiento de ese inmenso mercado, así como detalles del avance y desenvolvimiento de la zona de libre comercio más grande del mundo, pero no hay dudas que, de cara al futuro y ante el proceso de integración africano, Colombia debe buscar oportunidades. Si el viaje de la vicepresidente a algunos países de ese continente tiene claro que la misión debe ser la de abrir mercados, resultará sin duda en una misión importante.