Analistas 16/09/2025

Dólar barato

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

O peso caro, que es lo mismo. Son múltiples las preguntas que surgen fundamentalmente alrededor de dos grandes interrogantes: el primero, desde luego, es qué causa que el peso se haya revaluado tanto; y el segundo, es qué efectos tiene ese fenómeno en la economía y, en particular, en la estructura productiva del país.

El revolcón a la estructura arancelaria y productiva de los Estados Unidos ha provocado en el mundo entero una desconfianza hacia el dólar que siempre se ha creído que es la moneda fuerte y en la cual los países mantienen sus reservas. Esa desconfianza ha provocado que se disminuya la demanda por dólares americanos generando su devaluación frente a casi todas monedas del mundo (euro, yen, coronas, rubros, etc.). Los inversionistas se sienten más tranquilos con su dinero en acciones, de ahí el repunte de las bolsas, en criptomonedas, que también ha ganado valor, y en oro, que ha alcanzado su precio más alto. China, el mayor tenedor de bonos en dólares, ha buscado disminuir su posición en esta moneda e igual están haciendo otros países.

En lo local se ha sucedido simultáneamente un ingreso inesperado de dólares, es decir se ha incrementado la oferta. A este gran flujo ha contribuido los altos precios del café, el aumento histórico de las remesas que ya llegaron a convertirse en la primera fuente de divisas en Colombia y la monetización de los nuevos endeudamientos del Gobierno. En resumen, están llegando muchos dólares que quieren convertirse en pesos y eso hace que el dólar se ponga barato. En consecuencia, tanto los factores internos como los externos están conspirando contra el dólar.

Qué nos pasa cuando el dólar está barato y pasa de $5.000 que alcanzó a principios del actual Gobierno a $3.915, cifra a la cual llegó la semana pasada, o sea una revaluación de 21%: todo lo que está denominado en dólares sale barato, o sea viajar al exterior o importar. Y todo los que está en pesos sale caro, o sea los productos colombianos en el mercado internacional afectando nuestras exportaciones. De hecho, las exportaciones se han caído mientras las importaciones han aumentado en lo corrido del año. Este fenómeno nos da la falsa ilusión que somos ricos cuando la verdad seguimos tan pobres como antes.

Desde el punto de vista de las finanzas públicas el sabor es agridulce. Ahora se necesitan menos pesos para pagar los intereses y el capital que corresponda por cuenta del endeudamiento, pero por otro los nuevos endeudamientos en dólares resultan en menos pesos que los esperados y además los ingresos por dólares provenientes de Ecopetrol se ven seriamente afectados.

Mas allá de la euforia del momento y de las vacaciones baratas esa tasa de cambio no es sostenible. La producción nacional no puede competir con las importaciones con un peso fuertemente revaluado y eso irá haciendo mella en la competitividad del país e inevitablemente tendremos que entrar en la lógica poco recomendable de imponer aranceles a productos que entran al país a muy bajo precio como resultado del dólar barato. Las predicciones que hacían los expertos situaban el dólar en $4.000 para finales de año, y pienso que puede ser aún menos.

Si a esta revaluación se suma el hecho que la inflación en Colombia esté alrededor de 4% año corrido, mientras que la inflación en Estados Unidos es de 2,9% la pérdida de competitividad es aún mayor y lo único barato va a acabar siendo el dólar. El peso fuerte es una amenaza más a la precaria estabilidad económica del país.

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