Con la llegada de Milei a la Presidencia de Argentina se ha vuelto a abrir el debate de la dolarización que fue motivo de amplia discusión a inicios del siglo cuando Ecuador y El Salvador optaron por dolarizar sus economías. ¿Qué significa dolarizar la economía?: significa abandonar la moneda local como medio de pago y unidad de valor para que tanto las transacciones como los ahorros de los ciudadanos permanezcan en dólares de los Estados Unidos. Este camino es la respuesta desesperada de una Nación que ha no sido capaz en 20 años de poner fin a su proceso inflacionario, que ha venido creciendo al punto de tener en la actualidad una inflación de cerca de 140%. De hecho, fue tal vez este fenómeno el que terminó por inclinar la balanza en favor de Milei en las recientes elecciones, ya que su contrincante era el Ministro de Hacienda, precisamente el encargado de controlar la inflación.
Los efectos de la inflación sobre la economía y los ingresos de los ciudadanos son devastadores. Los salarios de los argentinos han perdido cerca de 25% de su poder de compra en los últimos años y hoy en día 40% de la población argentina vive en situación de pobreza, lo cual no era imaginable en un país que principios del siglo XX era uno de las más ricos del mundo. El constante incremento de precios ha generado una incertidumbre en la economía de tal magnitud que ya en este año se ha visto una contracción del PIB en el segundo semestre.
Todos los economistas coinciden en que la dolarización es un mecanismo idóneo para poner fin a la inflación, pero la pregunta que se hacen muchos es si el remedio es peor que la enfermedad y si el costo que implica esta transición acabe dando otro golpe fatal a una economía debilitada. Son muchas las ventajas sin lugar a duda, pero también son innumerables las desventajas de esta medida.
La dolarización supone el cierre del Banco Central, cuya función es la administración de y regulación del dinero y de su costo y elemento central en la política monetaria. Cerrar el banco implica echar llave al crecimiento irresponsable de la oferta monetaria, causa fundamental de la inflación, pero también significa acabar con el mecanismo de compensación que esta institución juega en el sistema bancario. La dolarización lleva automáticamente a la estabilidad cambiaria ya que desaparecería la devaluación lo cual da transparencia a una economía que opera con múltiples tasas de cambio generando enormes distorsiones y subsidios inexplicables a ciertos sectores de la economía que el gobierno señala a dedo. Pero a la vez elimina la posibilidad de devaluar la moneda lo que constituye una camisa de fuerza para la competitividad, ya que la moneda no podrá ser ajustes ante desbalances en la balanza comercial, poniendo en riesgo a la industria que no tendrá posibilidad de competir con las importaciones.
Son múltiples los efectos positivos y negativas de la dolarización además de los mencionados. Entre otros beneficios genera confianza y se incentiva la inversión extranjera, se defiende el valor adquisitivo de la moneda, pero un enorme costo puede ser el impacto de la transición cuando se determina cual será el tipo de cambio utilizado para la convertibilidad y el impacto inflacionario puntual que ello puede tener.
Se trata de un experimento inédito en una nación grande que el mundo observará con cuidado y una apuesta al libre mercado ya que será este el rector de la política monetaria.