Analistas 27/06/2023

El dilema del vaso

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

Es un eterno debate entre quienes ven el vaso medio lleno y quienes lo ven medio vacío. Los primeros se precian de optimistas a la vez que señalan a los segundos de no reconocer los avances de la nación siempre destacando las falencias sin reconocer los logros que tiene el vaso medio lleno.

No hay la menor duda que el vaso está medio vacío y está medio vacío en varias dimensiones. La mitad de los habitantes en grandes ciudades viven en la informalidad con condiciones precarias de vivienda, alimentación y salud y la mitad geográfica del país (si no más) vive incomunicada y aislada del progreso representado en servicios públicos aceptables, infraestructura sanitaria, infraestructura física, educación y seguridad para la vida de sus habitantes amenazados por una gran variedad de grupos delincuenciales. Dudo que la mitad que está llena verdaderamente lo esté y es mas probable que la parte llena no llegue siquiera al cuarto de vaso, pero aún así, con la expresión se quiere señalar que en ciertos sectores de la sociedad ha habido progreso innegable.

Esta discusión no se limita exclusivamente a la visión optimista o pesimistas que tengamos sobre el desempeño económico y social de la nación, sino que ha dado lugar que al poder lleguen quienes reclaman que el vaso está medio vacío con la consigna que de no permitir más este desbalance. Eso está bien y que más quisiéramos los colombianos que el vaso esté totalmente lleno o al menos muestre una tendencia a llenarse. El problema, como en todo asunto público, está en el como hacemos que el objetivo se suceda. Se trata de una operación compleja que requiere gran pericia si no se quiere por llenar el medio vaso vacío se acabe desocupando el medio que esta lleno y no quedemos con un vaso sin contenido.

Es cierto que en las zonas rurales y en poblaciones apartadas la cobertura de salud es prácticamente nula. También es cierto que en el sistema actual existen falencias derivadas de un abuso por parte de algunas entidades prestadoras y algunas aseguradoras. Es cierto que en temas de salud el vaso está medio vacío, pero las reformas propuestas lo que busca es acabar con los mecanismos que permitieron la cobertura existente haciendo tabula rasa con una estatización del sistema que el en pasado demostró que con ello tan solo se lograría que en el vaso hubiese un cuncho. Otro tanto con el sistema de pensiones que no llega al grueso de los ciudadanos, pero que para lograrlo no es necesario destruir el sistema que permite que le llegue a una porción de la población. Así podríamos seguir con los programas de vivienda con la política de empleo y demás iniciativas del actual gobierno.

El reto está en cómo ir llenando el vaso medio vacío sin desocupar el que esté medio lleno, ya que con ello no solo se logra mejorar las condiciones de la mitad de la población, sino que se logra avances en la estabilidad política. En efecto la estrategia de inventarse un sistema que reclama la capacidad de llenar en vaso empezando de cero se convierte en una amenaza para la población que goza de cierto bienestar y está dispuesta a defender esos logros, como vimos en las marchas de días pasados. El conflicto entre unos y otros trae una inestabilidad nociva. El reto es construir sin destruir y para ello se requiere el esfuerzo de toda la nación y no solo la visión profética de un grupo por grande que este sea.

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