El juego del Congreso
Con el fin de la legislatura, gobierno y analistas hacen balances del ciclón reformista que el gobierno busca imponer mediante cualquier método. Y es esa la primera reflexión que debe ocupar la atención de los ciudadanos, ya que más allá de lo que se aprobó y lo que no pasó, lo que parece más relevante son los hechos que han marcado el quehacer del Congreso.
De todo el país es conocido que el reparto del botín burocrático ha sido el arma más contundente con que cuentan los gobiernos para llevar a feliz término sus iniciativas, pero nunca habíamos visto cómo está práctica se exacerba mas allá de lo que uno podría imaginar.
El Congreso se convirtió en una comedia de humor tétrico en el que el personaje secundario son los partidos políticos y el papel protagónico lo ejercieron congresistas sin ataduras partidistas, ni principios ideológicos, haciendo piruetas para colocar a amigos de sus empresas electorales en posiciones claves que les permita poblar la administración pública con proselitistas de su causa y obtener mediante la manipulación de la contratación los fondos para siguiente campaña…y alguito para el personaje!
Partidos políticos cuya capacidad de convocatoria no está en la defensa de principios e ideas, sino en la facultad de legitimar la corrupción y clientelismo camuflando estas prácticas bajo el manto de la democracia, en tanto tienen la capacidad de convocar mediante esas mismas prácticas a unos electores amarrados y amañados que garantizan las curules que perfeccionan este círculo nefasto.
En la repartija los calificativos de partidos de gobierno o independientes e incluso de oposición no resultan ser más que estrategias que buscan valorizar el voto necesario para el trámite de una ley o el cambio de bando frente a una moción de censura.
El glorioso Partido Liberal desde sus más altas directivas sentencia líneas rojas en los proyectos de ley que hacen tránsito en el Congreso, para que sin consecuencias esas líneas vayan cambiando de color a medida que se dispensan favores y se hacen arreglos por debajo de la mesa.
Paralelamente, este partido y todos los demás que forman parte de este mercado de puestos y contratos, brinca de partidos de gobierno a partidos de la oposición y de esta a la independencia, pero pocas veces hacen una parada en la coherencia.
Así como la Chimultrufia del Chapulín Colorado, los partidos dicen una cosa y luego dicen la otra, pues cambian de posición con la rapidez que requiere la firma de un decreto de nombramiento o la adjudicación a dedo de un contrato, sin que su origen de izquierdas o derechas tenga mayor importancia.
No sabemos cuántos Ungrd existen aún por conocerse, aunque ya se han mencionado otras entidades que también han sido claves en alinear voluntades. Un director proveniente del Polo aliado con un subdirector de Colombia Humana llevó la práctica de favores por votos a niveles insospechados y según sus declaraciones los favores se dispensaron en efectivo entregado en maletines y bolsas de plástico; por lo alto con el presidente del Senado del Partido Verde y presidente de la Cámara del Partido Liberal.
Pero como Colombia es Colombia, no pasa nada y los objetivos se cumplen y los implicados ordenan sesiones donde hacen tránsito leyes, que como la de pensiones ni siquiera requieren debate, ya que el debate no se surte en el capitolio, sino en hoteles clandestinos o las residencias de los implicados. ¿Será que los privados también están entrando por este camino?