Analistas 28/05/2019

La desunión Europea

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

En un artículo de Raúl Arias en diario El Mundo de España se pregunta que pasaría en ese país si la Unión Europea dejara de existir. En una clara defensa de la Unión, Arias recalca los temas en los cuales la decisiones de Bruselas han permitido a su país un mejor rumbo de aquel que tuviese si no existiera ese tutelaje o auditoria supranacional. Menciona el autor entre muchos temas aquellos de la defensa de los derechos de los consumidores, la igualdad de genero, los abusos en materia tributaria, la inexistencia de cargos de roaming, la aplicación de normas antimonopolio, y las estrictas medidas medioambientales.

El recuento de este comentarista es apenas un abreboca de lo que para los países miembros de la Unión Europea ha significado la construcción del único y verdadero sistema de integración supranacional que existe en el mundo. Este, que empezó como un instrumento para garantizar la paz mediante el control de materias primas claves en el proceso armamentista como lo eran el carbón y el acero fue evolucionando hacia la consolidación de un espacio económico y político que le ha generado un alto bienestar a los habitantes de la Unión.

El concepto de Estado-Nación, que el experimento exitoso de la Unión Europea busca superar, es desde una perspectiva histórica mas bien reciente. Fue con la conformación de los Estados nacionales por parte de las monarquías en Europa (España, Inglaterra y Francia) en los siglo XVI y XVII que aparece este concepto que rápidamente fue adoptado por diferentes regiones que consolidaron bajo un solo poder, regiones que por diversas razones se consideraron parte de un espacio con identidad común, aunque ello no fuera totalmente cierto. Fue sobre este concepto de Estado-Nación que se construyeron las democracias modernas como hoy las conocemos y que generaron expresiones nacionalistas que a su vez resultaron una amenaza para esas democracias.

Este “embeleco” del Estado-Nación ha estado amenazado desde su origen mismo, no tanto por la construcción de una instancia superior que lo supere, como lo es la Unión Europea, sino por identidades aun mas parroquiales que abundan en todos los estados del mundo. Amenazado por la vocación nacionalista de los catalanes en España o por fieros Escoceses en la Gran Bretaña para solo mencionar dos casos. Curiosamente la creación del espacio supranacional que brindó la creación de la Unión oxigeno esas expresiones locales y no sorprende que los catalanes que quieren separarse de España quieren seguir en la Unión y en igual sentido se manifiestan los escoceses.

Pero el Estado-Nación en Europa se rehúsa a debilitarse. Desde diferentes rincones expresiones nacionalistas como las de algunos Tories en Gran Bretaña (Brexit), Madame La Penn en Francia, Matteo Salvini en Italia, o Santiago Abascal de Vox en España se hacen manifiestas. Haciendo un llamado a hacer trizas la Unión Europea y un fortalecimiento de lo nacional para afrontar lo que llaman la amenaza a su cultura e identidad estos nuevos nacionalistas obtuvieron un alto crecimiento en las elecciones del parlamento europeo con triunfos en Italia, el Reino Unidos y Francia. Similar crecimiento tuvieron los Verdes cuya plataforma no amenaza la Unión. Los grandes perdedores fueron los partidos tradicionales dentro derecha y centro izquierda el establecimiento. No obstante, las fuerzas europeísta siguen siendo una mayoría, aunque débil y ante las amenazas que se hicieron latentes la Unión Europea tendrá que repensarse en los años venideros.

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