Analistas 19/04/2022

La noticia

Carlos Ronderos
Consultor en Comercio y Negocios Internacionales

El historiador ingles H.C. afirma en su conocido texto ‘Qué es la Historia’ que el historiador tiene el privilegio de escoger entre millones de hechos que se suceden en un período determinado aquellos que tendrán el derecho a pertenecer al exclusivo club de los hechos históricos. Otro tanto podemos decir de los periodistas que, entre la multitud de eventos que se suceden en el mundo o en un país determinado, tienen el privilegio de escoger aquellos que logran colarse a las primeras páginas de los periódicos, de los noticieros de televisión o bien que retumban en las redes sociales.

La escogencia de estos hechos que “hacen noticia” demuestran a mi juicio dos factores de la sociedad en los cuales se hace esa difícil selección. En primera instancia habla mucho de la calidad de los periodistas o de generadores de opinión, ya que refleja su visión de la sociedad y su capacidad de entender a la sociedad en que ejercen al recoger los hechos que le importan a la mayoría. El segundo aspecto que refleja es precisamente la madurez y las prioridades de la sociedad que es receptora de esas noticias.

No existe duda de que los periodistas tienen sesgos ideológicos según sea su visión de la sociedad, y el proceso de escogencia dependerá de lo que cree importante y por tanto que valga la pena destacar. Ese sesgo es totalmente válido, aunque la objetividad del comunicador se deriva no de la escogencia del hecho, sino de la forma objetiva en que se presenta. Además de este factor, pesan en la selección los intereses del Estado y de los grupos de presión, en este último caso los intereses económicos.

Baste revisar la prensa del periodo denominado La Violencia en el cual, por efecto de la censura y la autocensura, no se encuentran noticias de la profundidad de la guerra que se vivía en Colombia y, por el contrario, se encuentran destacadas noticias deportivas que enaltecen hazañas, como la del Ganso Garzón, que alcanzó la velocidad de 100 kilómetros por hora en recta de Tocancipá. Cuando aparecen noticias de algunas de las masacres perpetuadas alternativamente por conservadores y liberales no pasan de ser cortos artículos de segunda plana.

La severidad de la violencia tuvo que ser revelada posteriormente por historiadores. Que las noticias reflejan además el ánimo y la madurez la sociedad es otro hecho irrefutable, y es difícil trazar la frontera entre lo que puede ser importante para el país y lo que la mayoría de la sociedad quiere oír. Provoca esta reflexión la importancia que los medios y las redes sociales en general han dado a ciertos hechos en detrimento de otros. Pasamos meses en el detalle del asesinato de un estilista de apellido Leal, que si bien es un evento trágico no es el más representativo de los cientos de ciudadanos asesinados diariamente en Colombia. ¿Qué pensara un historiador que en 100 años recurra a los archivos para dibujar la Colombia de 2021? ¿Qué importancia tenía el señor Leal?

Otro tanto sucede con las primeras planas que ha merecido la muerte en trágico accidente de tránsito el futbolista Fredy Rincón. Sin lugar a dudas, un gran futbolista que anotó, según los aficionados, un gol para recordar, pero esta noticia opaca aquello de varios soldaos muertos en ataques de las bandas de narcotraficantes y buena parte de la información sobre el desarrollo de la campaña presidencial, tan crítica para Colombia en estos días.

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