Un artículo publicado en Forbes Colombia de Javier Mejía Cubillos Ph.D argumenta en esencia que Colombia no es, como lo afirma mucha gente, el “país mas desigual del mundo” y concluye “que Colombia, aunque es un país muy desigual para cualquier estándar moral, no tiene niveles de desigualdad superiores a los del resto de América Latina” y además que América Latina no es la región mas desigual del planeta.

Criticando la confiabilidad del coeficiente de Gini construido a partir de encuestas de hogares, se remite a la información del World Inequality Database y su reporte de 2022. En efecto, cuando se revisan las cifras que ofrece esta base de datos hay dos regiones en el mundo con mayores concentración tanto de riqueza como del ingreso. La primera en el tema de ingreso es la región compuesta por el Medio Oriente y Norte de África, donde el 10% más rico recibe el 58% del ingreso y el 50% más pobre el 9% del ingreso, seguido del África Subsahariana donde esas cifras son 56% para los ricos y el 9% para el 50% mas pobre. Si bien la región es la tercera con mayor concentración las cifras no dan para cantar victoria. En A.L. el 10% más rico recibe el 55% y el 50% más pobre el 10% y esas cifras no dan tranquilidad.

Esta inquietud se hace mayor si se tiene en cuenta que la región sí ostenta el primer puesto global en la concentración de la riqueza.

Al interior de la región, según el artículo de Mejía, Colombia no es la peor parada y por encima nuestro en concentración tanto de riqueza como ingreso están Brasil, Chile y México, pero estamos por encima de Argentina en lo que hace a las economías mas grandes de la región. Igual orden se aprecia en lo que hace a la riqueza. En Colombia el 10% más rico recibe el 51.1% de ingreso mientras el 50% más pobre recibe el 10.6%, lo que significa que lo que reciben los mas pobres como proporción del ingreso es similar a la región mientras los más ricos reciben menos, lo indica la existencia de una clase media mayor en proporción al promedio de la región. Otra vez no somos los peores pero las cifras son preocupantes.

Otros aspectos interesantes del reporte son en primera instancia el tema de la distribución del ingreso y riqueza entre países, y segundo, la distribución de ingreso y riqueza entre los gobiernos y los privados.

En cuanto al primer aspecto, el reporte concluye que “ mientras la inequidad ha crecido al interior de la mayoría de los países, en la últimas dos décadas la inequidad global entre países ha decrecido. La brecha entre el ingreso promedio del 10% de países más ricos y el ingreso promedio del 50% de países más pobres ha caído de alrededor de 50 veces a 40 veces”. Brecha grande pero mejorando. En el segundo aspecto el reporte hace énfasis en que en el ingreso y la riqueza del mundo han pasado de la mano de los estados a los privados. Esto encaja dentro del criterio de privatizaciones que ha imperado en las ultimas décadas y es probable que ello haya resultado en mayor eficiencia, pero el reporte, con razón, argumenta que con esta situación los estados son mas impotentes para reversar los altos índices de concentración.

Para terminar, resaltar algo que señala el informe y es que esta alta concentración en el mundo está fundamentalmente dada por la acumulación de riqueza de unos pocos multimillonarios, a quienes se les debe imponer un impuesto a la riqueza que tendría un alto impacto en la equidad.