El pasado y el futuro del dinero
Desde siempre, la humanidad ha tenido la necesidad de intercambiar objetos a los que les ha dado valor para convertirlos en forma de pago. Así nació el trueque, cuando el hombre abandonó su estilo de vida sedentario y comenzó a crear sociedades basadas en la agricultura y la ganadería.
Posteriormente, se usaron los lingotes y, de esta forma, el concepto de dinero fue evolucionando hacia una visión más práctica con monedas, billetes, más adelante con tarjetas de débito y crédito, hasta llegar a métodos de pago en línea, que cuentan con flexibilidad y acceso en todo momento, desde cualquier lugar y con la seguridad que requieren los usuarios. La digitalización de la banca y el boom de las fintech son prueba de esto y demuestran la evolución de la industria.
De hecho, según el más reciente informe de operaciones de la Superintendencia Financiera de Colombia, para el primer semestre de 2021, 69,9% de las transacciones del sistema se dieron a través de los canales digitales (banca móvil e internet), es decir, siete de cada 10.
Es una realidad: las finanzas digitales están ganando mayor protagonismo por su facilidad, optimización del tiempo y comodidad para consumidor y pequeños comercios. Las billeteras virtuales, el blockchain y la agilidad de los sistemas electrónicos de pago serán cada vez más relevantes. De hecho, según un informe publicado por Mastercard y Americas Market Intelligence, solo 45% de latinoamericanos había realizado una transacción en línea antes de iniciar la pandemia; desde entonces la cifra creció a 83%.
En el ecosistema financiero local, por ejemplo, 61% de los colombianos disminuyeron su frecuencia de uso de efectivo, mientras incrementaron la utilización de medios de pago digitales en 70%, según el X Informe de Tendencias de Medios de Pago de Minsait Payments.
Bajo este escenario, hemos entendido que uno de los principales componentes que buscan las personas para simplificar su vida financiera es romper el ciclo y las dificultades asociadas a los tradicionales prestadores de servicios financieros y, más bien, dar un salto hacia opciones que les permitan, no solo tener el control de su dinero, sino hacerlo de una manera eficiente y sencilla, pero aún humana y transparente. Al igual que lo hizo la humanidad hace cientos de años, cuando pasamos de los lingotes a las monedas, buscando practicidad. Esta es, quizás, una de las razones que les está atrayendo hacia los productos fintech.
De esta forma, y tras casi un año de nuestra llegada al país, nuestro propósito sigue siendo el mismo: desafiar la complejidad y entregar mayor poder sobre sus finanzas, mediante la tecnología y la obsesión por empoderar y satisfacer las necesidades de los clientes. Esto se refleja en la forma en que estamos diseñando y construyendo nuestros productos: una escucha fáctica y auténtica de los usuarios, durante la fase beta de cada producto. Con ellos estamos co-creando la mejor 'Moradita', el nombre que los colombianos le han dado a la tarjeta de crédito de Nu, por su distintivo y popular color.
Sabemos que el dinero en efectivo no va a desaparecer del todo, al menos a corto plazo. Ahora bien, lo que es una realidad es que los cambios en el mercado de los servicios financieros seguirán generando transformaciones y una visión diferente del uso del dinero. Una transición de la que ya somos parte. Poco a poco, los billetes y las monedas seguirán perdiendo relevancia y, en algún momento, al igual que el trueque y los metales, quedarán rezagados, hasta convertirse en verdaderos artículos de colección.