Tribuna Parlamentaria 02/12/2020

Cinco mejoras a la Ley de Emprendimiento

Catalina Ortiz
Analista

Tras un debate de más de 12 horas, se aprobó en la Cámara de Representantes la tan anunciada Ley de Emprendimiento. Falta todavía el debate en Senado, pero me quiero centrar en cinco mejoras que introdujimos en el debate apuntando a que este proyecto pueda incidir de manera más potente y decidida en los emprendimientos de alto impacto.

Lo primero es utilizar la palanca de las compras públicas también para empresas con tecnología e innovación. De acuerdo con un estudio realizado por la Ocde, el gasto en contratación pública representó, en promedio, 17,4% del gasto de los gobiernos en la región. Colombia es el segundo país que más gasta (34% de sus gastos), por debajo solo de Perú (46% de sus gastos).

El proyecto procura promover el acceso de Mipymes al sistema de compras públicas, pero se mantenía en una lógica de proveeduría tradicional. Por eso, presentamos una proposición con miras a generar inversiones y compras que permitan involucrar nuevas empresas que implementen herramientas tecnológicas e innovación en este sistema.

La segunda mejora tiene que ver con establecer un marco regulatorio que propicie la instauración de mecanismos alternativos de financiación innovadores como el crowdfunding o financiación colaborativa. Esta ya fue regulada en Colombia en 2018 vía decreto y ya hay 1.257 inversionistas, quienes han realizado más de 2.636 inversiones. Pese a su desarrollo en el mercado internacional, en el país sigue en una fase temprana y buscamos impulsarla. Es interesante la creación de “playas regulatorias” o marcos regulatorios tipo sandbox para todos los sectores de la economía que plantea la ley. Propusimos entonces que se promueva la transparencia y acceso a la información por parte de la ciudadanía a sus resultados. Aprovechando la creación del comité intersectorial que trae el proyecto, buscamos que se puedan integrar los resultados y experiencias obtenidas del proceso exploratorio de los sectores.

Otro aporte consistió en que se establezcan definiciones sobre lo que es emprendimiento, para orientar el diseño de política pública de acuerdo con cada tipo y etapa. El proyecto trataba de forma generalizada al emprendimiento, a pesar de que éste varía en función de su génesis, etapa, necesidades, potencial de crecimiento, entre otros factores. Siendo así, para poder encontrar la herramienta idónea para cada caso, lo primero por hacer es definir y categorizar correctamente lo que se piensa abordar. En vista de su ausencia, presentamos una proposición para que iNNpulsa, en conjunto con otras entidades de gobierno, estableciera las definiciones necesarias. Finalmente, pedimos que se diseñaran programas de formación para innovación y desarrollo empresarial en emprendimientos no solo para jóvenes. El proyecto perpetuaba el mito de que el emprendimiento es un asunto exclusivo de jóvenes, aún cuando la experiencia ha demostrado que son los emprendimientos de personas mayores de 35 años los que tienen más probabilidades de prosperar.

Esperamos que esta nueva ley dinamice el desarrollo empresarial. Tiene varias disposiciones importantes y su expedición puede resaltar la conversación de política pública al apoyo de las empresas emergentes.

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