Analistas 23/08/2022

La PetroTusa

Catalina Ortiz
Analista

Difícilmente algo más aciago y doloroso que la llamada “tusa”. Esa sensación de haber perdido al ser amado es de lo más duro que se puede vivir. La experiencia humana está llena de literatura, música y narrativas que dan testimonio del fenómeno, con su tristeza profunda, pérdida de motivación, y falta de ganas hasta de comer y dormir.

Pero los que estamos en política hemos experimentado otro tipo de tusa. Se trata de la “tusa política”. La primera vez que oí hablar de esto, fue cuando perdió el SÍ en el plebiscito por la paz. Las redes estuvieron llenas de memes sobre la “plebitusa” con manifestaciones de dolor parecidos a los que se sufre cuando a uno lo “echan” o se le desbarata su relación sentimental. Y es que la tusa política puede ser hasta peor que la sentimental.

Para la tusa del corazón hay decálogos de pasos a seguir, recetas para el alma, menjurjes para reencontrar el amor. Pero para la tusa política no hay recetario, no hay siquiera mucha solidaridad del entorno. Aún cuando ya ha pasado un rato desde el 19 de junio, confieso que vengo sufriendo de una abrumadora PetroTusa. Y como en el amor, mi PetroTusa ha durado más de lo que hubiera querido o imaginado. Pero ya es hora de “echar pa lante” y vamos dando pasos en esa dirección.

Este duelo tiene etapas y momentos. Por ejemplo, pienso en mi pensión en riesgo después de tantos años de ahorro y me da depresión que seguramente los asalariados y trabajadores independientes tendrán tremendo lapo en la reforma tributaria. Me da pavor pensar que de pronto toque emigrar del país por un desgobierno que mine los fundamentales económicos y nos deje sin oportunidades. Me desconciertan los anuncios y patrasiadas de que vamos a comprar gas a Venezuela en lugar de explorar y explotar el propio. Me aterra Roy y una clase política amañada y acomodada en la cama con el nuevo Presidente. No se si reír o llorar con el espanto de un pacto histórico rápidamente cayendo en todo lo que siempre criticó.

Aún así, ya es hora de sacudirse de esta tusa. Debemos actuar convencidos de que nuestra suerte está atada a la del país, y la única forma de superar este tipo de dolores es, como en el amor, ocuparnos. Lo que hay que hacer es aportar, mirar para delante y hacerle oposición a un gobierno que, sin duda tendrá cosas redimibles, pero que necesita voces tranquilas pero rigurosas para hacer los reclamos de los que queremos denunciar los bandazos, la politiquería y la ideologización.

Como sucede con los duelos, el camino es la aceptación. No obstante, aceptar no quiere decir tragar entero. Hay que aceptar al nuevo presidente y su mandato y al mismo tiempo hacer oposición. Se debe ser muy cuidadoso con los temas económicos, pues suelen ser de los que más sufren en las rupturas. Y hay otros frentes de alarma. Resulta preocupante la barrida de las fuerzas militares con experticia en inteligencia, fue bochornoso el enredo para nombrar ministra TIC y el consenso con tufo politiquero para nombrar al nuevo contralor . Pero como una buena cura para la tusa es ocuparse, aquí nos verán a los entusados ejerciendo la aceptación con una buena dosis de oposición y proactividad.

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