Tribuna Parlamentaria 20/08/2021

La voz de los jóvenes

Catalina Ortiz
Analista

El programa “Los jóvenes tienen la palabra” es una iniciativa que nació como respuesta de congresistas de diferentes partidos para escuchar y, especialmente, atender el inconformismo social y político que miles de jóvenes, a lo largo y ancho del país, manifestaron durante el paro nacional.
Con el propósito de lograr darle voz a la indignación de los jóvenes en el país, comenzamos a recorrer las ciudades con los índices más altos de desempleo juvenil y violencia. Estas visitas nos permitieron entender los reclamos y descontentos de los jóvenes para construir, de su mano, cinco proyectos de ley que radicamos conjuntamente el pasado 11 de agosto.

En primer lugar, presentamos un proyecto que busca promover el empleo y el emprendimiento en la población joven, a través de la de la generación de oportunidades en materia de capacitación, educación, acceso al crédito e incentivos económicos, lo que permitiría disminuir el número de jóvenes “ninis”, aquellos que ni estudian ni trabajan.

Otros dos proyectos se enfocan en la educación. Por una parte, a partir de la promoción del acceso y permanencia en instituciones de educación superior a través de tarifas diferenciadas y mayores oportunidades para estudiantes que vengan de la educación pública, entre otras y, en segundo lugar, mediante el fomento de la educación para la sexualidad.

Este último punto resultó de gran interés, por cuanto fueron los mismos jóvenes quienes reconocieron la necesidad de que la educación para la sexualidad sea un componente obligatorio en los currículums educativos en todos los niveles, así como formación en la materia de los futuros docentes del país.

Adicionalmente, presentamos un proyecto para que la Policía tenga un enfoque más cívico y pase del Ministerio de Defensa al Ministerio de Justicia y del Derecho. Finalmente, también incluimos un proyecto de participación ciudadana que busca que las comunidades puedan aportar a la construcción de planes, programas y políticas públicas.

Quedaron muchas iniciativas que no se priorizaron en estos proyectos y además este esfuerzo multipartidista no agota la responsabilidad individual que tenemos como congresistas de adelantar proyectos que ofrezcan mayores oportunidades a los jóvenes de forma directa e indirecta. En mi caso particular, acabamos de radicar dos proyectos que pueden beneficiar a los jóvenes colateralmente, específicamente a aquellos que quieren capacitarse y tener mayores facilidades a la hora de emprender.

El primero de estos consiste en el proyecto de alivio y fomento empresarial, a través del cual buscamos generar facilidades para crear empresa y empleo; cumplir obligaciones tributarias de manera ágil y que la contratación con el Estado sea más sencilla. Además, adelantamos un proyecto que busca fomentar el desarrollo empresarial, el emprendimiento y la formación de la mujer en carreras y programas de innovación, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.

La juventud colombiana nos ha manifestado inequívocamente su inconformidad. Nuestra responsabilidad es escuchar y atender sus reclamos. De no hacerlo, no nos sorprendamos si los mecanismos de hecho se vuelven pan de cada día y terminamos perdiendo una generación entera.

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