Con el avance del Plan de vacunación y la progresiva reactivación económica, tanto a nivel mundial como nacional, surgen retos sobre cuál es el tipo de recuperación económica que Colombia debe tener. Para nadie es un secreto que el país es altamente dependiente de la explotación de sus recursos naturales, nada más por poner un ejemplo, el peso del petróleo en la economía nacional es tal que se ubica como el primer producto de exportación, con 55,4% del total.
Precisamente, debido a esta realidad, Colombia se encuentra en una situación donde se corre el riesgo de que la búsqueda de desarrollo económico termine destruyendo la gran biodiversidad que la caracteriza.
Lo cierto es que organizaciones como la Ocde han advertido sobre la necesidad de una recuperación económica pospandemia basada en la sostenibilidad ambiental. Señalan que si bien las industrias extractivas, y otras de gran impacto ambiental, traen beneficios económicos, terminan siendo las causas principales de la contaminación del suelo y el agua, lo cual a su vez tiene altos costos asociados.
Por eso, con el objetivo de propender por alternativas que permitan la conservación de importantes ecosistemas, estamos próximos a presentar un proyecto de ley que busca tomar medidas en esta dirección. Se trata de una propuesta de tres disposiciones que permitirán garantizar la conservación de algunas de las áreas protegidas con mayor importancia en el país: los Parques Nacionales Naturales.
La primera medida que buscamos es la correcta delimitación de las zonas aledañas a los Parques Nacionales Naturales (zonas amortiguadoras). Es fundamental que cada parque señale cuáles son esas zonas contiguas que deben tener un régimen de tratamiento especial y requieren ser protegidas por cuanto ayudan a su conservación, y hoy más bien parecen una puerta de entrada a los mismos.
En segundo lugar, buscamos el establecimiento de planes de manejo para estas zonas donde solo se deben desarrollar actividades de bajo impacto ambiental con respeto a los modelos productivos locales.
Y, en tercer lugar, buscamos que se prohiba el desarrollo de actividades de minería a gran escala, explotación de hidrocarburos y actividades portuarias en estas zonas dadas las nocivas consecuencias ambientales asociadas al desarrollo de las mismas.
Uno de los mayores beneficios que traería este proyecto sería la protección del Golfo de Tribugá, aledaño al Parque Nacional Natural Utría, en el cual se ha buscado adelantar la construcción de un puerto de aguas profundas, que pondría en riesgo el ecosistema del golfo, uno de los más biodiversos del mundo.
Estamos ante una encrucijada en esta coyuntura pospandemia. Para algunos es fundamental realizar cualquier tipo de actividad, con poco cuidado al medio ambiente, con tal de recuperar el crecimiento económico. Para otros, este es el momento para capitalizar algunas de las ganancias medioambientales y proteger con mejores herramientas los parques y demás zonas protegidas. Propender por la protección y conservación de la biodiversidad del país, reconociendo la necesidad de tomar medidas para limitar actividades de alto impacto ambiental, es determinante si queremos una reactivación económica verdaderamente sostenible.