Analistas 17/12/2025

Volver a crecer

César Eduardo Tamayo
Decano de la Escuela de Economía y Finanzas Eafit

Colombia parece haber perdido la fe en el crecimiento económico. Esto a pesar de haber experimentado de primera mano su potencial para transformar millones de vidas.

La mas reciente de estas experiencias tuvo lugar entre 2004 y 2013, cuando la economía colombiana creció a un ritmo promedio de casi 5% anual. Esto implicó movilizar tanto capital como trabajo: la inversión creció 10% promedio por año, pasando de 15% a 22% del PIB, mientras que la tasa de desempleo descendió a niveles de un dígito por primera en mucho tiempo (alcanzando 8% en algunos meses). Gracias a esta década de crecimiento, 6 millones de colombianos salieron de la pobreza y 3.5 millones de la pobreza extrema. La -tercamente elevada- desigualdad del ingreso también se redujo en esos años; los dividendos del crecimiento permitieron avances impresionantes en la cobertura en salud y educación. Una verdadera transformación social.

Pero la receta del crecimiento no funciona solo en Colombia. Por poner un ejemplo regional, en esa misma década Chile creció a una tasa anual promedio similar, y logró cambios formidables en materia de reducción de pobreza y desigualdad.

En estos episodios hubo un rol considerable de factores externos, claro, pero la situación actual no es nada adversa. Para volver a crecer, Colombia debe aprovechar el entorno relativamente favorable, y poner en marcha al menos tres agendas de política pública.

La primera es una agenda de estabilidad macro, que creíamos conquistada y que hoy parecemos estar poniendo en riesgo. Sobre todo, hay que enfrentar con decisión el descalabro fiscal de estos años, pero también prevenir un rebrote inflacionario, y buscar un mejor equilibrio entre consumo e inversión.

La segunda es una agenda de capital humano. Es crucial asegurar el buen funcionamiento del sistema de salud, ponerse metas serias en materia de calidad de la educación básica, y transformar la educación posmedia, tanto en su componente de formación para el trabajo, como en el acceso y financiación de la educación universitaria. Elevar la productividad laboral es nuestra mejor apuesta -quizá la única viable- para reducir la informalidad y el emprendimiento de subsistencia.

La tercera agenda es una de productividad ampliamente definida. Esta debe incluir, de un lado, programas de infraestructura de transporte y energía, así como inversión pública y privada en investigación y desarrollo. Pero también debe procurar mejoras impositivas y regulatorias en los mercados de capital y trabajo (mejorar asignación de recursos), políticas de competencia sólidas, y un proyecto serio de inserción en mercados internacionales.

Necesitamos una nueva década de crecimiento y oportunidades; una nueva década para reducir la desigualdad y elevar los ingresos de millones de colombianos.

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Crecimiento económico - Colombia - desigualdad