Existe una discusión histórica cuando se habla sobre el liderazgo: ¿el líder nace o se hace? Aunque las dos opciones pueden ser válidas, en esta oportunidad me centraré en compartir una fórmula que busca desarrollar las habilidades de liderazgo y demostrar cómo el líder “se puede hacer”. Estoy convencida de que, como casi todo en la vida, es cuestión de práctica y entrenamiento.

En 1980, tres académicos del Centro para el Liderazgo Creativo, en Estados Unidos, crearon el Modelo 70-20-10, una fórmula que permite mejorar las competencias de los gerentes y sus equipos de trabajo, a través de los desafíos con la creación de nuevos proyectos y la toma decisiones.

Si bien esta propuesta, creada por Morgan McCall, Robert Eichinger y Michael Lombardo, tiene más de 40 años, sigue hoy vigente en el proceso de aprendizaje y desarrollo de líderes empresariales. Ya lo verán con la explicación de cada porcentaje.

Los norteamericanos aseguran que 70% del éxito del liderazgo es gracias a la experiencia, es decir, al momento de asumir tareas más complejas, dirigir nuevos proyectos estratégicos y aumentar las responsabilidades. De esta manera, en ‘la cancha’, se desarrollan habilidades y competencias que les permitirán ser grandes líderes. Esto puede sonar fácil, pero enfrentarse a cambios y desafíos trae consigo miedo, ansiedad, incertidumbre e incluso desconfianza en sí mismos al creer que no seremos capaz de lograrlo.

El 20% está relacionado con aprender de los otros. Todos los días estamos en contacto con un sinnúmero de personas, con algunas trabajamos frecuentemente y a otras las vemos solo una vez. Lo importante de este porcentaje de la fórmula es observar cómo otras personas se comunican, detallar su trato con los demás y, sobre todo, analizar cómo lideran.

En este punto es importante tener en cuenta un consejo: tendemos a aprender de los mejores líderes o de los buenos modelos, pero también es importante conocer y recordar a quienes no nos inspiran o los comportamientos que rechazamos de los malos jefes. Al mismo tiempo, es clave también reconocer el conocimiento de nuestros compañeros de trabajo, pares, externos y, por supuesto, de nuestro equipo.

Por último, 10% del éxito para ser un gran líder está relacionado con la formación académica. Participar en programas o entrenamiento sobre liderazgo nos dan bases para comprender de una mejor manera el actuar de un líder. Se debe ser curioso, leer y preguntar a quienes han estudiado y recorrido este camino.

Con esta fórmula quisiera invitarles a asumir nuevos proyectos y desafíos en su entorno laboral y, por qué no, también personal. Es en ‘learning by doing’, o aprender haciendo, en el que se pueden desarrollar grandes líderes.

Y no olviden que el rol de un líder es también encontrar nuevos liderazgos. Por eso mi invitación también es que, como directivos, motiven a las personas con las que trabajan a gestionar nuevas iniciativas o asumir grandes retos. Pero recuerden que en esa aventura es mejor si acompañan de cerca a su equipo, para que en los momentos de crisis encuentren en ustedes una guía para superar las dudas o dificultades, y así no haya lugar para la frustración y el miedo de emprender un nuevo proyecto.