Analistas

Liderar a través de una pantalla

Claudia Dulce Romero

En algunas charlas y cursos me preguntan cómo aplicar las recomendaciones de liderazgo para trabajar con personas en remoto. Debo confesar que es uno de los grandes desafíos que hoy deben gestionar los líderes: ¿cómo liderar cuando no podemos tener a la persona de frente? ¿Cómo dar retroalimentación a través de una cámara? ¿Cómo conocer las tensiones de nuestro equipo?

El modelo híbrido llegó para quedarse. Se valora la interacción y también se rescatan los beneficios de trabajar en casa evitando largos trayectos de movilidad para llegar a la oficina o para compartir tiempo en familia al finalizar la jornada laboral. En las organizaciones también se han visto buenos resultados, pero es cierto que esto depende de las personas, los indicadores establecidos y las políticas o lineamientos acordados. El rol del líder juega un papel fundamental en todo esto, por eso es necesario tener en cuenta algunas recomendaciones.

Realizar actividades periódicas con el equipo para reencontrarse puede ser una forma de mantener los vínculos entre las personas. Ya sea una vez al mes o cada dos meses, estos encuentros fomentan la camaradería y ayudan a construir confianza. En estas jornadas puede revisar resultados del periodo o hacer actividades lúdicas. La clave es tener un objetivo y un propósito claro de la reunión para no generar rechazo por parte de su equipo. Eso sí, recomiende previamente el no uso de computadores en esas sesiones, aunque pueda sonar prohibitivo o escuelero, es una práctica que está dando buenos resultados.

Para Benjamin Friedrich, profesor de Kellogg School of Management, la presencialidad permite una mayor retroalimentación y tiene más oportunidades de que los miembros del área de trabajo aprendan entre sí. Recuerden que el éxito de los equipos se basa en la confianza y esto solo se logra compartiendo y conociéndose a través de actividades de team building, como celebraciones de amor y amistad, halloween, novenas, charlas, sesiones de improvisación, talleres de arte o torneos deportivos. Al finalizar el año o iniciar un nuevo período, promueva los encuentros presenciales con actividades que impulsen la creatividad y la innovación colectiva.

Un estudio realizado por Vyopta, una empresa líder en gestión de experiencias digitales para la colaboración, analizó 40 millones de reuniones virtuales de 11 organizaciones durante un año y encontró que existe una correlación entre la participación de las personas en las reuniones virtuales, el uso de su cámara y la retención en la organización. Durante el periodo de muestreo, los empleados que abandonarían su organización en el plazo de un año habilitaron sus cámaras en 18,4% de las reuniones, frente al 32,5% de los que se quedaron en la empresa.

Aunque los investigadores afirman que esta relación no implica causalidad y que no se pueden hacer conclusiones de manera individual, tampoco descartan que estas actitudes tengan un significado que debe ser tenido en cuenta por quienes lideran las organizaciones. Si bien no es una buena práctica obligar a su equipo a prender la cámara, es importante promover reuniones virtuales en las que la interacción y la cámara encendida permitan conectar.

Vamos a confesarnos: ¿cuántas veces hemos estado en una reunión con cámara apagada en la que hacemos mil cosas diferentes a prestar atención? ¿En cuántas de esas nos han tomado por sorpresa y debemos reaccionar con problemas de internet o hacer los que no entendimos? Lograr esa interacción virtual es un gran desafío y por eso el éxito también está en coordinar encuentros de tiempos cortos (máximo media hora) y con una agenda nutrida.

El trabajo en modelo híbrido tiene grandes resultados en la salud mental de las personas por el balance entre la vida personal y profesional. Aproveche para preguntarle a su equipo por su familia o sus mascotas si los ve pasar delante de la cámara o comparta un café virtual de vez en cuando. Esta es una forma de conectar desde lo emocional con quienes trabaja. Los líderes deben preocuparse también por la vida de los empleados, respetando su privacidad, pero promoviendo la confianza. No podemos olvidar que detrás de esas pantallas seguimos siendo personas con familia, problemas, sueños y metas.

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