¿Quién te inspira?
miércoles, 4 de diciembre de 2024
Claudia Dulce Romero
Una de las preguntas más frecuentes que me hacen quienes ven mis charlas o leen mis columnas es quiénes son mis referentes personales o líderes que más me inspiran. Seguramente, algunos esperan que responda con figuras históricas o grandes líderes políticos o sociales, pero nada más alejado de la realidad. Aunque las admiro, no hay alguien de ese nivel que logre inspirarme. Y no porque no hayan logrado grandes transformaciones que valore, sino porque, para mí, la inspiración tiene otra connotación.
Cuando hablamos de admiración, reconocemos las cualidades de otras personas y valoramos sus logros o acciones. En mi caso, Angela Merkel ha sido una de las lideresas políticas que he estudiado desde su rol de liderazgo y quien creo que logró importantes resultados en momentos de crisis en Europa. Admiro su trabajo, su trayectoria, su perfil profesional, pero ¿realmente ella me inspira a ser una mejor persona o una mejor profesional?
Nos inspiran personas cuando nos motivan a actuar o crear iniciativas. La inspiración viene cargada de acción y sobre todo de un impacto profundo en nuestro ser, de querer transformarnos y ser mejores personas. Quienes nos inspiran logran influir en nuestra vida y nos invitan a movilizarnos hacia el cumplimiento de metas porque vemos cómo actúan de cerca. Ahí justo está la clave: en la observación de su quehacer, coherencia, ética y esfuerzo.
Algunos de ustedes leyeron la columna ‘Desacelerar la vida’, en la que conté la historia de una amiga que sufrió un infarto medular y me invitó a reflexionar sobre la vida que llevamos y cuándo está bien parar. Ella, quien desde julio de este año está luchando por su vida, se ha convertido en mi mayor inspiración. Ella, a quien los médicos le dijeron que no volvería a caminar o hablar y que hasta le preguntaron “si te vuelve a dar un paro, ¿quieres que te reanimemos?”, está próxima a salir del hospital.
Ella nos ha demostrado a muchos la fuerza interior que todos tenemos y que podemos gestionar para un propósito puntual, en su caso, vivir. Y lo ha logrado con objetivos cortos y significativos. Nos demostró que el paso a paso es esencial para una recuperación efectiva. Es una inspiración para sus amigas y familia, y también para un cuerpo médico que no deja de sorprenderse por el rumbo de un caso que parecía imposible de remediar.
También me inspiran, por supuesto, mi papá y mi mamá, dos personas trabajadoras que decidieron enfrentar con entereza la locura de tener tres hijos tan seguidos (que por momentos parecían trillizos) y lograron sacarnos adelante a pesar de las dificultades económicas, en la convulsionada década de los noventa. Vi sus sufrimientos y los enormes esfuerzos que debían hacer para alimentarnos, cuidarnos y protegernos. Desde que era pequeña, han sido una fuente de inspiración porque tuvieron claro su rumbo profesional y la familia que deseaban construir.
Como mi amiga, mi papá y mi mamá, cada uno de ustedes tendrá historias cercanas similares. Creo firmemente que los protagonistas de esas anécdotas son quienes deberían ganarse esos títulos grandilocuentes de líderes en nuestras vidas. Dice un refrán popular: “Nunca conozcas a tus héroes”. Quizá deberíamos hacer lo contrario: conocerlos, valorarlos, entenderlos con sus matices, aciertos y errores, y reconocer a través de la inspiración su esfuerzo por ser mejores profesionales y personas.