La apuesta para cerrar brechas de género en materia financiera
La inclusión financiera es un motor clave para impulsar el desarrollo económico y social en cualquier sociedad. Sin embargo, en América Latina y el Caribe aún persisten brechas significativas en el acceso de las mujeres a los productos y servicios financieros. Este es el caso de Colombia. El Estudio Experimental de Género, publicado recientemente por CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe- y Banca de las Oportunidades, revela que mientras que 95,6% de los hombres acceden a servicios financieros, sólo 88,7% de las mujeres lo hacen, marcando una diferencia porcentual de 6 puntos.
Esta disparidad no solo limita el potencial económico individual de las mujeres, sino que también representa un obstáculo para el crecimiento en la sociedad en su conjunto. Además, las cifras destacan la necesidad de abordar estas desigualdades y trabajar hacia una inclusión financiera plena y equitativa para todas las personas, independientemente de su género.
Es por esto que desde CAF hemos venido trabajando en una agenda de inclusión financiera y género que se enfoca en apoyar a entidades públicas y privadas en la incorporación del enfoque de género, tanto a nivel de la política pública y la regulación, como también en el diseño de productos y servicios de las instituciones financieras.
Por eso nos unimos a Banca de las Oportunidades para conocer los desafíos que enfrentan las mujeres y poder comprender que, a partir de allí, emergen las oportunidades de mejora para promover un acceso equitativo a los servicios financieros que les permita empoderarse económicamente y contribuir al desarrollo del país.
¿Y cómo podemos cerrar las brechas en el acceso al crédito? Tenemos que empezar por fortalecer la autoconfianza de las mujeres para que no se autoexcluyan del sistema financiero. Si las mujeres cumplen con los requisitos, conocen sus ingresos y tienen la capacidad para asumir sus compromisos, no hay razón para dudar en la posibilidad de acceder a un crédito.
Las instituciones financieras deben trabajar para capacitar a sus asesores financieros con perspectiva de género y eliminar sesgos inconscientes y estereotipos, tanto al entregar información sobre los servicios financieros, como al momento de la aplicación de las mujeres a créditos. Además, incluir variables alternativas en los sistemas de puntaje crediticio que valoren el uso y el destino de los servicios financieros más utilizados por las mujeres como las billeteras digitales, así como nuevas formas de financiación que faciliten el ingreso al sistema y el uso de productos y servicios financieros, servirá para ampliar las oportunidades de las mujeres y potenciar al sector financiero.
Finalmente, definir las acciones y los mecanismos, junto con el sector público y privado, que permitirán mejorar el acceso a las mujeres en el mercado financiero, les proporcionará a ellas la oportunidad de ampliar sus opciones de toma de decisiones, promoviendo así su autonomía económica y financiera.
Los bancos de desarrollo tienen un papel fundamental para impulsar la inclusión financiera, por ejemplo, a través del diseño e implementación de productos financieros inclusivos, del desarrollo de capacidades a través de programas de capacitación y de la promoción de alianzas estratégicas, entre otros.