Nunca antes en nuestra historia el progreso y el bienestar social del país habían dependido tanto del Ministerio TIC. Por eso sorprende el bajo y silente perfil que ha mantenido la cartera de la ministra Sylvia Constaín en estos primeros 100 días de gobierno.

Quizás estábamos acostumbrados a ministro mediáticos como Diego Molano y David Luna, quienes lograron poner en primera línea a las TIC, pero las tímidas apariciones de la señora Constaín están en el extremo opuesto y llevan a la siguiente pregunta: ¿En qué está la ministra y el Ministerio de las Tecnologías de la Información y Comunicación?

Sería injusto decir que están cruzados de brazos, porque no es así. También sería un atropello señalar que para el gobierno de Iván Duque las TIC no son una prioridad. Si algo ha mostrado Duque por activa y por pasiva es que es un firme creyente de la tecnología como motor fundamental de crecimiento.

La realidad es que la Ministra, quien prefiere estar alejada de los focos, lo cual no siempre es malo, está sentando las bases para desarrollar su plan “el futuro digital es de todos”, que en resumidas cuentas lo que busca es garantizar que no solo todos seamos 100% digitales, sino que tengamos una conectividad impecable.

Si bien es cierto que el gobierno de Juan Manuel Santos conectó casi todo el país, lo que fue un gran logro, no lo conectó bien. En muchos municipios de nuestra compleja geografía, la conectividad sigue siendo extremadamente lenta y para mejorar nuestra competitividad como país todos debemos tener una buena conexión. En Leticia, por ejemplo, capital de departamento, es un suplicio navegar internet.

A su llegada al gobierno, la ministra se comprometió a presentar un proyecto para modernizar el sector TIC y ya lo hizo. Lastimosamente la socialización del mismo ha sido muy tímida y prácticamente ha pasado de agache en los medios de comunicación. Tampoco ha hecho el Ministerio un buen trabajo de difusión y sería muy importante que fueran más agresivos en esto.

Asimismo, en el marco de su programa, la ministra se comprometió a empoderarnos en el entorno digital. Es decir, a masificar el uso de los bienes y servicios digitales para optimizar la labor del Estado y facilitarnos la interacción con la administración pública.

En este campo, los manuales de Servicios Ciudadanos Digitales ya fueron presentados y están siendo evaluados por los ciudadanos. En las próximas semanas y meses deberán salir los resultados finales.

En 100 días no es mucho lo que se pueda hacer, pero se ha hecho un trabajo silencioso que debe ser aplaudido. La Ministra, además, está ante el gran reto de coordinar hasta seis ministerios para una transformación digital. Y ello requiere de tiempo y mucha paciencia con sus compañeros y compañeras de gabinete.

Dicho esto, el Ministerio TIC debería replantear su estrategia de comunicación. Es excesivamente tibia, por no decir que deficiente. Hay temas de alto calado, como el tránsito de Colombia hacia una economía digital, la adjudicación del dividendo digital o la política sobre las aplicaciones tipo ‘Uber’ que requieren de un mayor liderazgo por parte de la señora Constaín.

Colombia está ante uno de los grandes retos de su historia y sobre los hombros de la Ministra recae una gran responsabilidad que no solo requiere de trabajo, sino de una gran comunicación.