Analistas

Cuál “desarrollo” buscamos

Diego Gómez

¿Sobre cuál modelo de desarrollo pensar la Colombia futura? Un precedente obligado sobre el modelo de desarrollo a seguir es la declaración de “La cumbre de Berlín de la nueva economía”, de mayo de 2024, liderada entre otros por Dani Rodrik, Angus Deaton, Mariana Mazzucato.

Según estos “…la cumbre condujo a algo parecido a un nuevo entendimiento que puede reemplazar el reinado de décadas de ortodoxia neoliberal. Es decir, el Consenso (liberal de mercado) de Washington, que durante cuatro décadas enfatizó la primacía del libre comercio y los flujos de capital, la desregulación, la privatización”.

Irónicamente, no proponen eliminar nada de ello. Solo complementarlo. https://lamesa.com.ar/debates/declaracion-de-la-cumbre-de-berlin-de-mayo-de-2024/

El elemento relevante común de estos expertos, es el rechazo al “consenso”. Pero los economistas allí reunidos son muy disimiles. Están Neokeynesianos con sus políticas proestado y de empuje del crecimiento desde la inversión pública.

Los postmarxistas con su insistencia en que la causa de todos los males es desigualdad, pero sin explicar las dinámicas que la generan y con el dilema si “Matar o no a Messi” (para que no haya desigualdad en los clubes deportivos, que son de las organizaciones donde se dan los peores Gini de la historia).

Están los Neoschumpeterianos, con sus propuestas de empresarismo e innovación, que en esencia son “Austriacos”, más radicales que el mismo Consenso de Washington sobre el rol clave del empresario y el papel perverso del estado.

Por ello, la declaración de la cumbre es un collage de numerales, cada uno atendiendo la exigencia de una tendencia para lograr tener algo que todos firmaran. Se propone una nueva política industrial, “que supone exenciones y preferencias”, pero también gravar las rentas con un impuesto global para luego repartir la plata.

A la vez pide que: “En lugar de continuar dándole énfasis a la distribución de subsidios, se debe estimular la creación de nuevas empresas, y los incentivos a la innovación”, que es estrategia social Neoshumpeteriana, opuesta al asistencialismo keynesiano y socialdemócrata.

Hay otro precedente más inmediato, la “Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo”. En la declaración, llamada “Compromiso de Sevilla”, no hay una expresión de lo que se entiende en ella como desarrollo, solo que tiene que ser sostenible, esto es que integre lo social, lo económico y lo ambiental. Su énfasis es en la financiación y lo importante que es la ayuda al desarrollo, que ha sido inútil para lograrlo pero esencial para los funcionarios que viven de ella.

Tanto la ortodoxia neoliberal como la heterodoxia progresista, soportadas ambas por equipos de tecnócratas, se centran en el Estado y su mantra son las “Políticas Públicas”. Se enfrentan al problema de que la evidencia empírica del desarrollo, los últimos 70 años de los países y de las regiones dentro de estos, muestran que el eje central de las transformaciones son el emprendimiento, la innovación y las dinámicas de aprendizaje de nuevas capacidades sociales. No ha sido el estado, ha sido la gente.

El desarrollo se expresa en que la gente tiene buenas empresas e instituciones que dan buenos empleos, buenos ingresos, tranquilidad, educación, salud y las infraestructuras que le permitan, en términos de Amartia Sen, expresar su libertad. Si queremos desarrollo, creemos empresas.

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Colombia - Compromiso social