Ya lo advirtió la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), en el sistema eléctrico no hay que ser adivino, simplemente hay que hacer cálculos de ingeniería de manera responsable. Con la presencia del Fenómeno del Niño, el retardo en la entrada de las ocho turbinas de Hidroituango hace inevitable el racionamiento. El causante de esto es un irresponsable absoluto: Daniel Quintero, Alcalde de Medellín. Solo lo puede evitar una persona, Gustavo Petro, tiene escasas 4 semanas para tomar las decisiones necesarias.

Simplemente las turbinas no entraran a tiempo. Un equipo independiente de expertos revisó el proyecto el viernes 28 de octubre de 2022. La primera de ocho turbinas está en ajustes de conexión y puesta a punto inicial para dar comienzo a los protocolos de pruebas, la segunda está todavía en obras civiles sin vaciados de los concretos, su arranque va a demorar más de lo anunciado. Con todo, estas ya no son el grueso del problema. Lo que nos llevara irremediablemente al apagón es el retraso en la entrada de las otras seis turbinas el cual se dará por la insensata obsesión del Alcalde de cambiar de contratista y la manera totalmente incompetente haciendo el cambio en plena puesta en marcha de las dos primeras turbinas y sin terminar los trabajos civiles de la segunda de estas.

Los actuales constructores finalizaron su contrato en agosto pasado y están a menos de 30 días de hacer entrega luego de que EPM consumió y empleó mal el periodo estipulado para hacer empalme con el nuevo constructor. Este apenas se definió esta semana y tendrá que volver a contratar 3200 personas que actualmente están trabajando, muchas de ellas ingenieras o personal calificado, cientos de equipos, de maquinaria pesada… Solo a un irresponsable como Daniel Quintero le cabe un absurdo de esos en la cabeza. Y va a apagar el país.

Todos los apagones en Colombia tuvieron como causante el retraso en la entrada de megaproyectos de generación mal manejados por empresas públicas. En 1976, se retrasaron las entradas de los proyectos de Chivór Uno y Guatapé, y con el Niño habitual se generó el racionamiento. En 1981, fueron los retrasos de Chivor Dos y de San Carlos Uno, acompañados nuevamente del Niño. En 1992, el país se apagó 343 días desatendiendo el 15% de la demanda de energía. El retraso fue de El Guavio y de Porce Dos. Y obviamente, también había Niño. El anterior esquema de sistema eléctrico público fue una fábrica de racionamientos. Y ahora también tendremos racionamiento causado por la insensatez de un funcionario público: Daniel Quintero.

La supuesta gran dimensión de HidroItuango es apenas aparente. El país requiere la entrada anual de 600 MW hidráulicos, es decir, este proyecto solo cubre la expansión de la demanda en un periodo de 4 años. Hay que recordar que 600 MW de potencia hidráulicos equivalen en capacidad de generación a 1.800 MW Solares y a 1.000 MW Eólicos, esto por los factores de planta de cada tecnología de generación. No tenemos capacidad de respuesta para reemplazar Hidroituango, y además las licencias ambientales y las consultas previas tienen retrasados tanto los proyectos como las conexiones de los demás proyectos en curso.

EPM está en serios problemas de caja que se agravaran con las sanciones por incumplimiento y por el mal uso que hizo esta administración de las coberturas de seguro que tenía la compañía.

La solución es una intervención de emergencia del proyecto y de la empresa constituyendo un comité de emergencia que haga gestión del cronograma del proyecto. Para hacer esto hay que quitarle EPM al irresponsable de Daniel Quintero para evitar que apague el país y de paso acabe con el Pacto Histórico. El instrumento legal es una intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos a la empresa y cambiar la actual administración. Esto solo lo puede decidir Gustavo Petro y no lo hará. Habrá apagón del país en 2025 con una cruel despedida de la izquierda al frente de los destinos del país y el fin de los delirios presidenciales de Daniel Quintero.