La oposición con el overol puesto

Una de las ideas absurdas de este gobierno era el decrecimiento. Este camino insensato surgió en los 90 y se sintetizó en 2008 en la primera conferencia internacional “Economic Degrowth for Ecological Sustainability and Social Equity” en París.

Allí se publica una declaración programática: Research & Degrowth, Martínez-Alier, 2010. A esta visión y sus consecuencias se contrapone el Informe Draghi, agosto de 2024, sobre el estancamiento y la crisis europea. El documento es contundente: Europa está en crisis por concepciones ideológicas herradas.

La implementación del decrecimiento en este gobierno se armó de manera casi criminal. Petro entró de forma decidida a destruir las bases de la economía colombiana. Debilitó y obstruyó la explotación de carbón, incluso con medidas arbitrarias como la prohibición de la exportación a determinados países.

Suspendió los contratos de exploración de petróleo y gas y hoy Colombia pasó a ser importador de gas. En el mes de diciembre ya habrá limitaciones de suministro y la industria no tiene contratos de gas para los años 2026 y 2027.

Ecopetrol redujo sus utilidades en más de un 70,5% y detuvo su dinámica de exploración y explotación. Por efectos de sus políticas en el sector eléctrico, se pararon las nuevas inversiones y de los proyectos que venían en curso han entrado menos del 30%. El país con amenaza de un apagón para 2027. El sector minero está paralizado por la Appa y Zappa, por el estancamiento de licencias y consultas y por una agresiva agenda de protestas ilegales en las zonas de exploración.

La política de vivienda fue arrasada y el sector decreció 22% en estos tres años de gobierno. Apenas en el último trimestre inició su recuperación. Gracias a los empresarios y compradores que están superando las acciones adversas del gobierno.

La reforma tributaria nos llevó a ser uno de los países con peor estructura fiscal en el mundo y ser el último en la Ocde. La inversión se desplomó, cayó a niveles de 13 en 2023, hoy está en 16%. El país pasó de crecer a más de 8% a crecer a menos de 1% en un año.

Intervención del sector salud y el ajuste insuficiente de la UPC sumieron este servicio en la peor crisis de su historia, cuando el país tenía el reconocimiento internacional por sus niveles de cobertura, inclusión social y bajo gasto de bolsillo (gasto directo de las familias). Este pasó de 14% a más de 30%. Hoy las deudas sin posibilidad de pago a la red de prestación superan los $30 billones. La educación pública está desfinanciada y la crisis de Icetex afecta a cientos de miles de familias.

Este Gobierno no tiene política de crecimiento sino de destrucción. Todo lo anterior habría colapsado cualquier economía. Menos la colombiana y particularmente la de regiones con alto arraigo empresarial y valores de libertad económica que se pusieron al país al hombro y hoy tienen los más bajos niveles de desempleo, no obstante, las restricciones presupuestales que les impuso el gobierno como castigo.

Estas regiones en oposición son las que están creciendo y generando empleo. Contrastan los niveles de desempleo inferiores a 6,4% en municipios de Antioquia con los de más de 24% en Buenaventura, Quibdó y Tumaco.

Crecer y crear empresa es la forma correcta de hacer oposición de un país que se puso el overol y nos está sacando adelante, a pesar de un gobierno inepto, corrupto, irresponsable y decidido a destruir.