En salud, la actuación basada en la evidencia es un máximo ético que se cumple con rigor y responsabilidad social, con plena sujeción a control de pares y bajo el estricto riesgo de las demandas por responsabilidad profesional. No podemos esperar menos de la reforma al sistema de salud.
Michel Reich, profesor de Harvard (1) que asistió en octubre al Simposio Global sobre Investigación en Sistemas de Salud en Bogotá, al evaluar la propuesta de reforma del gobierno señaló “Cuatro Fallas en la Lógica del Modelo de Salud de Aracataca” (2): Una mala definición de los problemas a resolver; un insuficiente diagnóstico de los mismos, derivado de ello, una errada selección de las intervenciones, y por último, una carencia de esquema de evaluación de los resultados esperados. En términos de Reich, no debemos tratar de enmendar la reforma, debemos presentar una nueva con plena integralidad desde el diagnóstico de los problemas y su definición de objetivos.
El sistema de salud colombiano tiene una gran fortaleza, que es el aseguramiento universal. Este ha logrado atender la población dentro de un costo admisible para la economía y ha reportado sostenidamente índices de atención, en términos de disponibilidad de medicamentos, ayudas diagnósticas, procedimientos y tiempos de espera dentro de los mejores a nivel internacional, y eso con un Plan de Beneficios en Salud que es más amplio que el de los países de la Ocde.
El sistema de salud tiene una debilidad en la insuficiencia en las redes de atención. Esto se hace evidente en la accesibilidad del servicio y en los niveles de resultados en salud en los indicadores de la OMS. Otra gran debilidad, es la insuficiencia del talento humano, la base real del sistema. Tenemos pocos profesionales en términos de los estándares globales: 2,3 médicos por mil habitantes y deberían ser 3,6; 1,4 enfermeras por mil habitantes y deberían ser 8,8. En médicos especialistas en las áreas clínico quirúrgicas tenemos el mayor desfase, mientras en Chile 54% son especialistas, en Colombia solo 28%. En esto se ha tenido un comportamiento adverso de los especialistas que han contenido la oferta de formación. El resultado han sido colas de espera indebidas en la atención e ingresos extraordinarios de estos profesionales que superan los 25 salarios mínimos y que pueden llegar a superar los 90 salarios mínimos. Estos datos son de fuente directa de las estructuraciones en las que ha participado Ecsim. Necesitamos más facultades de Universidades Públicas que habiliten la formación de médicos y enfermeras provenientes de estratos bajos de la población.
Así mismo, el sistema tiene un gran riesgo, la corrupción y el abuso con la sobreasignación de cargas de atención. La reforma debe hacerse desde unos pilares que atiendan el núcleo de cada uno de estos problemas centrales.
Se plantean cuatro pilares. Primero: fortalecimiento del aseguramiento universal concentrándolo en la gestión y prevención del riesgo primario y de la gestión de la contratación con Redes de Atención. Segundo: desarrollo de las Redes Integradas e Integrales de Salud, haciéndolas responsables del riesgo técnico para grupos de población de un territorio. Deben atender desde las rutas de promoción y prevención hasta la alta complejidad. Se debe establecer un mecanismo que promueva la inversión en redes que integren a los hospitales públicos. Se tendrían contratos de largo plazo con giro directo del Adres. Tercero: las redes deberán tener un plan maestro de gestión y promoción de su talento humano a largo plazo. El tipo de contrato y giro directo que tendrán deberá soportar un modelo de gestión humana integral. Cuarto: el modelo de Gestión del Sistema. A semejanza del sector eléctrico, debe tener su Unidad de Planeación que estudie la salud en el largo plazo y su Comisión de Regulación que determine la Unidad de Capitación y la Nota Técnica sobre la cual marcha un buen sistema de aseguramiento. Estas funciones no están bien atendidas centralizadas en el Ministerio.