Aliados de la inclusión financiera
Sin duda alguna la coyuntura generada por la pandemia produjo un crecimiento relevante en materia de inclusión financiera. Según el reporte de la Banca de las Oportunidades, correspondiente al tercer trimestre de 2020, Colombia alcanzó un máximo histórico de 87,1% en el índice de acceso a productos financieros, lo que significó que 31,6 millones de adultos en el país ya cuentan con al menos un instrumento de este tipo, siendo la tarjeta de crédito y los créditos de consumo las alternativas más utilizadas por los colombianos.
Gran parte de ese crecimiento es originado por la utilización de servicios financieros tradicionales y digitales como herramientas para llevarles ayuda a los más necesitados, quienes debieron acudir a este sistema para recibir estos apoyos, y a una mayor confianza del consumidor a la hora de utilizar las soluciones de pagos electrónicos. Esta dinámica llevó a que en dos años se cumpliera una de las metas establecidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022: lograr 85% de inclusión financiera. Así mismo, según el Microscopio Global de Inclusión Financiera, realizado por The Economist, Colombia lidera el ranking en esta materia con 82 puntos, seguido por Perú, Uruguay, Argentina y México.
A pesar de que son cifras muy positivas, es clave hacer una lectura mucho más profunda e identificar los retos que hay detrás de estos datos. Vemos dos desafíos en ese sentido: lograr que quienes cuentan con productos financieros, se mantengan activos, y continuar democratizando los servicios financieros en las diferentes zonas del país.
Para el primero de los puntos, la clave es la educación. La falta de pedagogía financiera es uno de los grandes retos del país ya que el desconocimiento por este tipo de servicios hace que las personas utilicen mal sus productos, se endeuden, manejen mal sus finanzas personales y/o desconozcan otros instrumentos financieros que están disponibles en el mercado. Según el Pulso del Consumidor de Sinnetic, consultora en investigación y analítica, el 67% de los colombianos dejaron de ahorrar durante el año pasado. Paralelo a esto y sobre todo en las zonas rurales, el fenómeno del gota a gota es una problemática generada también por malos hábitos y el desconocimiento de las posibilidades de financiamiento formal.
Estos hábitos son prueba de la falta de formación, por lo que es fundamental fortalecer la educación financiera, y acá es responsabilidad de todos los actores diseñar espacios de formación en los que capacitemos a las personas y les demos herramientas para generar conocimiento. De hecho, vimos como un gran avance el Conpes de Inclusión y Educación Económica y Financiera, el cual propone diversas estrategias, dentro de las que se destaca, formar a los ciudadanos en competencias, estimular la confianza frente al sistema financiero, ampliar la oferta de productos financieros y fortalecer la infraestructura financiera y digital.
Las empresas que participamos en el ecosistema de pagos en el país, como es el caso de Mercado Pago, tenemos una gran oportunidad de influir positivamente en este panorama por medio de la promoción del uso de las soluciones de pagos digitales y de la educación del consumidor, para que vean las ventajas que tiene usar estas herramientas.