Transformar positivamente una región y generar confianza en la gente son tareas sumamente complejas que demandan un gran esfuerzo y compromiso del gobernante y su equipo de trabajo. Pero que, además, requieren de una gestión seria para sumar esfuerzos e integrar en el mismo propósito otras entidades del Estado y a las fuerzas vivas de la sociedad: los empresarios, los gremios, la academia, los líderes sociales, grupos religiosos, las organizaciones no gubernamentales, toda la sociedad civil.
Ese esfuerzo es el que hemos hecho durante estos tres años que llevamos al frente de la Gobernación del Valle del Cauca, con el único fin de lograr un Valle mejor, más equitativo, productivo y competitivo, un territorio tranquilo y en paz para quienes viven aquí e invierten en nuestro desarrollo.
De esta manera, lo que asumimos fue un proyecto transformador, como lo pudo advertir esta semana en nuestro evento Expo Región, Joan Laporta, el gran responsable de la transformación del club de fútbol Barcelona, de España, al que logró posicionar como el mejor equipo del mundo, construyendo una organización basada en la coherencia y la credibilidad en sus propios valores.
En efecto, esa es una línea estratégica en la que nos identificamos y es satisfactorio saber que, desde afuera, la estrategia se logre validar y se puedan ver los resultados que estamos obteniendo con su implementación.
Lo más difícil al inicio fue la falta de confianza, por el natural rechazo que genera lo público en muchos ciudadanos y porque también se piensa que los políticos venimos a hacer politiquería al gobierno. Sin embargo, pudimos demostrar que sabemos administrar y que los políticos podemos hacerlo bien, con la articulación de todos los sectores sociales.
Recibimos un departamento en Ley 550, con una deuda de $560.000 millones y la bajamos a $87.000 millones este año; optimizamos el manejo de los recursos para el sector salud, logrando que el pago a las EPS llegara directamente a la red hospitalaria; bajamos el pasivo pensional y ocupamos el primer puesto en desempeño fiscal, además de lograr una calificación de 4.9 sobre 5 en gestión contable. Le demostramos a los vallecaucanos y al país que los políticos también podemos gobernar bien.
El apoyo del sector privado ha sido importante en este proceso de recuperación. Con Invest Pacífico hemos atraído en estos tres años 44 empresas con más de 4.000 empleos apalancados con inversión extranjera. Estamos ocupando el tercer puesto en competitividad turística después de Bogotá y de Bolívar con su capital Cartagena”.
Buenaventura salió de la alerta roja en seguridad, están llegando misiones japonesas para abrir caminos de inversión, hemos invertido en el desarrollo social, pero hay que seguir gestionando la terminación de la doble calzada Buga - Buenaventura, tan vital para la competitividad del país.
Son muchos los logros por mencionar, y el hecho de que el Valle del Cauca haya sido el invitado especial en la reciente feria de Anato, en Bogotá, y de que hayamos sido reconocidos en Fitur, la feria de turismo más importante del mundo, en España, muestra una nueva realidad de lo que es hoy nuestra región.
Sin duda, tenemos una nueva narrativa del Valle del Cauca, no solo contada desde lo institucional, sino desde la empresa, la academia, la cultura, el arte, el liderazgo social. Un liderazgo colectivo jalonado desde el departamento, pero en el cual participan una multitud de actores que con su trabajo y con su ejemplo están construyendo nuevos relatos de la realidad regional y consolidando una nueva identidad más apreciable, auténtica y esperanzadora.
Con la agenda cultural que socializamos en Expo Región y que construimos con las universidades, gestores culturales, alcaldes y organizadores de festivales estamos diseñando una nueva plataforma, una nueva narrativa de la cultura del Valle, y estamos visibilizando e integrando en un Todo la región que tiene múltiples expresiones socioculturales, artísticas y gastronómicas. Trabajamos de corazón, y esos son los resultados transformadores de una región que recobró su confianza en el presente para apostarle de una manera más cierta y decidida a su futuro.