Yo no sé cómo hace la gente para distribuir las 24 horas del día (8 horas para trabajar, 8 para dormir y 8 para socializar), y tener tiempo para actualizar y actualizarse en las redes sociales; a mí no me da. No se puede tener ningún dilema, Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, WhatsApp, entre otras, son realidades tan importantes como la vida misma; no solo para hacer negocios, para crear marcas, estudiar, tener nuevas oportunidades laborales, sino para experimentar virtualmente una vida, que en la realidad puede ser muy distinta.
El amo y señor del “social media”, Mark Zuckerberg, creador y fundador de Facebook y su CEO actual, (también dueño de Instagram y WhatsApp), se le metió al terreno de Twitter, red social recién comprada por Elon Musk (mayor accionista y fundador de Tesla y SpaceX), para crear a Threads, una versión mejorada o muy competitiva de opiniones y comentarios. ¿Si vamos a tener tiempo para tanta cosa?
Justo cuando estaba pensando en esforzarme por soltar el celular y liberarme un poco de las redes sociales, con las cuales trabajo, llega una nueva, Threads, en la que debo activarme para no quedarme atrás. Es un mandato moderno que debo cumplir para estar activa y vigente en el universo digital; les confieso que el reto me gusta, pues nace una nueva comunidad llena de oportunidades, un mercado distinto. Porque tiene la esencia de Instagram, más lo seductor del texto de Twitter, es informativa, tiene un crecimiento orgánico; un terreno al que aún no han llegado las bodegas, y estoy segura de que me va a demandar mucho tiempo, que es escaso por estos días.
No se trata de estigmatizar ninguna red social, todas tienen sus ventajas y desventajas, sus esencias son distintas, es cuestión de que cada quien aprenda a administrarlas, pero sobre todo, identificar cuál es la que mejor le funciona. Yo me quedo, por ahora, con Instagram, Tik Tok y Threads. Lo cierto es que el celular es una extensión del cuerpo, solo basta con mirar en el dispositivo el tiempo que le dedicamos a la pantalla para darnos cuenta que es una verdadera revolución moderna en términos de accesorios indispensables.
Le eché un vistazo a cómo se gasta mi batería, la pila del celular, para aprender un poco más de mí y de cómo distribuyo mi tiempo (ver el gráfico). Por razones de mi trabajo, estoy muy metida en el universo de Spotify, casi cuatro o cinco horas al día dependiendo de cada jornada; otras 4 horas con mis contactos de WhatsApp; poco más de un par de horas en Tik Tok; casi dos horas en Instagram, y desde esta semana, más de una hora en Threads. No hay mucho tiempo para más, a esto se le debe sumar el tiempo en el que es mala educación e innecesario estar con el celular.
Conclusión: no se trata de ser un detractor de las redes sociales ni del celular, mucho menos de cerrarse a la vida social física, hablar con gente face to face y/o salir a la calle; se trata de convivir sin destruir las relaciones humanas.