Álvaro Reyes Posada nació en una familia de siete hermanos pensadores y su mente prodigiosa lo llevó a ser uno de los economistas más prestigiosos del país. Su pregrado fue en ingeniería eléctrica y luego se enfocó por el lado de la economía cursando la maestría en la Universidad de Los Andes y fue candidato a doctorado en economía en la Universidad de Pennsylvania, en Filadelfia.

Sus aportes al país fueron innumerables, como maestro, investigador y uno de los fundadores de Econometría Consultores. Dirigió más de 150 proyectos realizados por la firma y logró incidir en múltiples temas, como por ejemplo los cobros cruzados de servicios públicos, el diseño de los diferentes fondos de estabilización de precios, la regulación de precios de los medicamentos. Fue asesor en la Misión para el Diseño de una Estrategia para la Reducción de la Pobreza y la Desigualdad para el Departamento Nacional de Planeación, y miembro de la Misión de Educación Técnica, Tecnológica y Formación Profesional del Ministerio de Educación.

A Álvaro le debemos que en Colombia los independientes aporten a la seguridad social pues en la evaluación de la Ley 100 fue una de sus recomendaciones. También fue el precursor del seguro de desempleo, el programa BEPS y la estructura de inspección, vigilancia y control del Sistema de Protección Social en Salud. Fue un experto en elaboración de proyecciones y análisis econométrico de tipo macroeconómico, microeconómico, sectorial, en temas educativos, proyecciones regionales y urbanas y una autoridad en políticas de empleo para lo cual lo buscaban técnicos de diferentes gobiernos.

Ante todo, Álvaro fue un ser humano adorable, inteligente y gracioso, todo un caballero. Sin duda, sus colaboradores de Econometría Consultores que tuvimos la fortuna de trabajar a su lado sentimos una enorme admiración por sus ideas brillantes y por su impresionante capacidad para enfrentar las situaciones difíciles con serenidad y buen humor, aunque a veces daba un poco de angustia entregarle algo que había solicitado porque en cinco segundos identificaba todos los errores, pero siempre nos corregía con mucho cariño. Un estudioso, analista y pensador, gozaba compartiendo sus conocimientos.

Fue un gran amigo de quien aprendimos mucho y también reímos; era el mejor plan compartir un almuerzo con él para escuchar alguna de sus historias tan divertidas como inverosímiles, siempre con una mirada picara y una amplia sonrisa. Adoraba contar historias y transmitir esa alegría a las personas que estaban con él y disfrutaba muchísimo el hacernos reír.

Álvaro también fue papá de tres hijas que heredaron su inteligencia y sentido de contribución a nuestro país, Camila, Ángela María y Paula, esposo de Magaly del Toro y abuelo de Daniela y Amalia Ballester, Nicolás Medina y Mateo y María José Torres.

A pesar de la gran tristeza que sentimos en su casa, Econometría Consultores, y la falta que nos hará como socio, maestro y mentor, sentimos un gran orgullo de haberlo tenido cerca, de apreciar su prolífica vida como profesional y ser humano. Hasta siempre querido Álvaro, estarás en nuestro quehacer y serás inspiración para todos aquellos que te conocimos y a quienes contaremos lo privilegiados que fuimos de contar contigo.